La controvertida ciudad privada de Honduras

JOHVENIOLAPATRIALas ciudades modelos serán construidas por inversionistas privados y manejadas de manera autónoma estas ciudades serán un territorio con sus propias leyes, su sistema tributario, su política de inmigración y su policía. Será una especie de isla dentro de un país soberano. Se llamará «ciudad modelo». Y quedará en Honduras.

El gobierno de esa nación le dio luz verde al polémico proyecto, con el que espera impulsar el desarrollo y para ello firmó el memorándum de entendimiento, que servirá de marco para la creación de la primera de tales ciudades, en un lugar todavía no definido.

Las personas que están en contra de ellas hablan de nada menos que de privatización del suelo hondureño: las ciudades modelos serán construidas por inversionistas privados y manejadas de manera autónoma.

«El Estado de Honduras seguirá ejerciendo su derecho a la soberanía en materia de defensa y relaciones exteriores sobre las ciudades modelos, así que no es una venta del territorio», dijo eso, Juan Orlando Hernández.

Más allá de eso, la ciudad modelo será, para algunos, como un país creado dentro de otro país.

El estatuto y las leyes que la regirán, así como los convenios que firmen, deberán ser refrendados por el gobierno de Honduras. Es lo que consta en la reforma Constitucional de 2011, que fue necesaria para allanar el camino al polémico proyecto.

Pero una vez establecido este marco legal, la ciudad quedará a sus anchas para gobernarse, administrarse, firmar tratados, establecer su propia política monetaria, crear órganos de aplicación de la ley (como tribunales y policía), hacer su presupuesto y hasta «contratar sus propias deudas internas o externas, siempre que sean sin el aval del Estado de Honduras».

La ciudad no tendrá que transferir recursos a Tegucigalpa como no sea para «financiar becas de estudio o en caso de catástrofes nacionales», según indicó la prensa local.

Las ZEDES son entes creados con el propósito de acelerar la adopción de tecnologías que permitan producir y prestar servicios con un alto valor agregado, en un ambiente estable, con reglas transparentes capaces de captar la inversión nacional y extranjera que se requieren para crecer aceleradamente, crear los empleos que se necesitan para reducir las desigualdades sociales, dotar a la población de los servicios de educación, salud, seguridad pública y la infraestructura necesaria que permita una mejora real en las condiciones de vida de la región »

Juan Orlando Hernández aseguro que con estas ZEDES «Para 2013 podríamos tener al menos 13.000 nuevos empleos; 30.000 para el año 2014 y 45.000 para 2015», afirmó

El proyecto está inspirado en la idea de la charter city del economista estadounidense Paul Romer.

«Considero que el establecimiento de programas de supuesto desarrollo que representen salirse del régimen territorial del país, tales como las ‘Ciudades Modelos’, que desplazarían poblaciones y pretende generar un régimen legal distinto y autónomo del del Estado, son una violación a la soberanía nacional y la garantía de respeto y promoción de los Derechos Humanos que tiene el Estado con la población en su territorio»

Frank La Rue, relator de Libertad de Expresión de la ONU

La charter city empezaría como «un pedazo de territorio deshabitado del tamaño de una ciudad, y una carta o constitución que especifica las reglas que aplicarán ahí», explicó Romer en una entrevista con el blog Freakonomics.

«Si la Constitución contiene buenas reglas (o, como decimos profesionalmente, buenas instituciones), millones de personas se unirán para construir una nueva ciudad», añadió.

Según Romer, una ciudad bien manejada promete beneficios para todos. Y mientras más personas vivan en la ciudad, mayor será la productividad, y más extendidos estos beneficios.

«La evidencia sugiere que muchas sociedades están atrapadas por reglas deficientes. Moverse hacia mejores normas puede ser mucho más difícil de lo que cree la mayoría de los economistas. La construcción de una charter city es una sugerencia acerca de cómo podemos cambiar la dinámica de las reglas», sostiene.

Es el tipo de mecanismo de activación que las autoridades hondureñas esperan poner a funcionar con su primera ciudad modelo.

Hasta ahora, el país ha recibido US$4 millones de Corea del Sur para los trabajos iniciales de una primera ciudad modelo. Se espera una inversión adicional de US$15 millones para la infraestructura básica, según dijo el presidente del Congreso.

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