El gobierno del presidente Donald Trump intensificó el miércoles su campaña contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, dando marcha atrás a políticas adoptadas por su antecesor, Barack Obama, y anunciando nuevas restricciones y sanciones contra los tres países.
El asesor de seguridad nacional John Bolton apodó a los mandatarios de esas naciones latinoamericanas como los “tres títeres del socialismo”.
“La troika de la tiranía _Cuba, Venezuela y Nicaragua_ está empezando a desmoronarse”, afirmó Bolton en un discurso pronunciado cerca de Miami, en el 58vo aniversario de la fallida invasión de Bahía de Cochinos, en Cuba, por parte de Estados Unidos, en un intento de derrocar al gobierno cubano.
Las medidas podrían perjudicar en mayor medida a Cuba, que actualmente atraviesa problemas económicos y batalla para encontrar los fondos para importar alimentos básicos y otros suministros tras el declive de la ayuda de Venezuela y una serie de malos años en importantes sectores económicos.
Bolton anunció un nuevo límite a la cantidad de dinero que las personas en Estados Unidos pueden enviar a sus familiares en Cuba. El gobierno de Obama había eliminado los límites a las remesas, pero el nuevo techo será de 1.000 dólares por persona por trimestre, dijo Bolton. Las remesas a la isla desde Estados Unidos ascendieron a 3.000 millones de dólares en 2016, según el Departamento de Estado.
Washington también tomó medidas para restringir los “viajes no familiares” debido al incremento en el número de intercambios culturales y educativos por parte de los estadounidenses tras el relajamiento de las llamadas “visitas con razón válida” durante el gobierno de Obama. No se dieron a conocer por el momento más detalles sobre las nuevas restricciones, pero el turismo es una fuente vital de fondos para Cuba. Bolton dijo que esas visitas eran “turismo disimulado”.
Bolton habló pocas horas después de que el secretario de Estado Mike Pompeo anunció durante una conferencia de prensa en Washington una nueva política que abrió la puerta para presentar demandas contra empresas extranjeras que operen en propiedades confiscadas a estadounidenses tras la revolución cubana de 1959. Estados Unidos ha impuesto un bloqueo comercial contra Cuba desde principios de la década de 1960.
Las autoridades cubanas no se amedrentaron con las noticias.
“Nadie va a arrebatarnos, ni por la seducción ni por la fuerza, ‘la Patria que los padres nos ganaron de pie’”, escribió el presidente Miguel Díaz-Canel en Twitter. “Los cubanos no nos rendimos”.
El ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez describió las medidas como un ataque a las leyes internacionales, a la soberanía cubana y a los países que hacen negocios con la isla. “Agresiva escalada de Estados Unidos contra Cuba fracasará. Como en Girón, venceremos”, tuiteó el canciller en referencia a la playa de Bahía de Cochinos a donde llegaron los invasores.
En cuanto a Venezuela, Bolton dijo que Washington sancionará al Banco Central, el cual, según el gobierno de Trump, ha sido fundamental para apuntalar al asediado gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro. También anunció sanciones contra el proveedor de servicios financieros Bancorp, que según él es un “fondo para sobornos” del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
En Caracas, Maduro rechazó las sanciones en contra del Banco Central, afirmando que se trata de una institución que en cualquier país del mundo es “sagrada”.
“Veo al imperialismo como loco, desesperado”, dijo Maduro en una alocución en cadena de radio y televisión. El Banco Central “enfrentará y superará con la ley en la mano y con dignidad las sanciones que pretenden desde Estados Unidos”.
“Estados Unidos espera ver caer cada esquina de este sórdido triángulo del terror: en La Habana, en Caracas y en Managua”, dijo Bolton en el sur de Florida, donde viven miles de exiliados e inmigrantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Alegó que las políticas de la administración Obama le dieron al gobierno cubano “cobertura política para expandir su influencia maligna” en toda la región, incluso en Venezuela. Según Bolton, Cuba ha entrenado a las fuerzas de seguridad venezolanas para reprimir a los civiles y apoyar a Maduro, al que se refirió como “simplemente un títere cubano”.
“Miles de médicos cubanos en Venezuela están siendo utilizados como peones por Maduro y sus patrocinadores cubanos para apoyar su reinado brutal y opresivo”, añadió.
La promesa de Bolton de “nunca abandonar jamás” a los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua en su lucha por la libertad también podría sonar vacía, a la luz de los acontecimientos históricos que trató de destacar en el evento organizado por la Asociación de Veteranos de Guerra de Bahía de Cochinos.
Hasta la fecha, muchos cubano-estadounidenses están resentidos con el difunto presidente John F. Kennedy por no haber enviado tropas estadounidenses en un momento crítico de la invasión de Bahía de Cochinos.
En tanto, mientras se desvanecen los recuerdos de la tensión de la Guerra Fría, a algunos detractores de las políticas estadounidenses hacia Venezuela les preocupa que la afirmación del gobierno de Trump de que todas las opciones _ incluyendo la militar _ siguen sobre la mesa con el fin de derrocar a Maduro, sea una promesa vacía que solo sirva para agitar las calles y las tensiones geopolíticas con Rusia, e incremente la miseria de los venezolanos.
“Honrar uno de los mayores fiascos del ejército estadounidense hace 60 años indica que las políticas estadounidenses en torno a Latinoamérica se deben más a una perversa nostalgia por la Guerra Fría que a los beneficios prácticos para la gente de la región”, dijo Ivan Briscoe, director para América Latina del International Crisis Group, un grupo de expertos con sede en Bruselas.
Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel, indicó en un comunicado que las medidas de las remesas y viajes amenazan la supervivencia económica de las familias cubanas y la rentabilidad de miles de pequeñas empresas independientes que tienen permisos para operar desde 2010 bajo las reformas implementadas por el expresidente Raúl Castro.
“Los únicos ganadores son un puñado de miembros en el Congreso y aquellos que se aferran al pasado y los apoyan”, dijo Laverty. “Los perdedores son los millones de cubanos dentro y fuera de la isla, y la enorme mayoría de los estadounidenses que están a favor de un acercamiento con Cuba”.
Muchas de las cerca de 400 personas que pagaron 100 dólares para presenciar el discurso de Bolton en el hotel Biltmore de Florida eran descendientes de cubanos. Rafael UsaTorres, miembro de la Brigada 2506 que trabajó para la CIA durante la invasión, dijo que confía en que las medidas derroquen al gobierno de Díaz-Canel, aunque deseó que se hubieran implementado antes”.
“Hoy es un día importante”, dijo el hombre de 78 años. “Pero me siento triste. Llevo muchos años esperando”.
Sin embargo, otros dijeron que Washington no está haciendo lo suficiente. Manuel Menéndez-Pou, de 79 años, dijo que el gobierno cubano le ha confiscado alrededor de 63 millones de dólares en propiedades a su familia, que en algún momento fue de las más ricas de la isla, particularmente en la industria azucarera.
“El problema no es el dinero”, dijo Menéndez-Pou, también ex miembro de la brigada. “Se robaron nuestras vidas”.
En La Habana, Odalis Salazar expresó su preocupación sobre el futuro de las remesas que recibe de sus dos hijos que viven en el extranjero, incluyendo uno en Estados Unidos.
“A todo el mundo nos afecta y Trump es bien criminal porque sabe que nosotros estamos pasando trabajo y de una manera u otra (las remesas) nos ayudan bastante”, señaló el ama de casa. “Los cubanos tenemos familias allá y resolvemos muchísimo con esa ayuda que nos mandan”.
Tania Astiazaraín, guía en el museo de Playa Girón, señaló: “Ya nosotros hemos pasado por periodos también de crisis pero nos sobrepusimos a ellos, esto no nos asusta y estamos preparados para lo que venga”.
El anuncio de Pompeo da a los estadounidenses el derecho de demandar a las compañías que operan en hoteles, negocios tabaqueros, destilerías y otras propiedades que Cuba nacionalizó después de que Fidel Castro tomara el poder.
También permite que los cubanos que se nacionalizaron estadounidenses años después de que les quitaron sus propiedades puedan presentar demandas.
Pompeo dijo que no renovará una prohibición a las litigaciones, que ha estado vigente desde hace dos décadas, lo que significa que se podrán presentar demandas a partir del 2 de mayo, cuando expire la suspensión actual.
Hay alrededor de 6.000 reclamos que el Departamento de Justicia ha certificado como meritorios, según Kimberly Breier, la principal diplomática de Estados Unidos para las Américas. Esas pretensiones tienen un valor calculado en 8.000 millones de dólares: 2.000 millones en propiedades y 6.000 millones en intereses, dijo. Además, hay alrededor de 200.000 reclamaciones sin certificar que podrían ascender a decenas de miles de millones de dólares, agregó.
Breier declaró que no habría excepciones a la decisión, pero que las compañías extranjeras “no tendrán nada de qué preocuparse si no operan en propiedades que les han sido arrebatadas a los estadounidenses”.
Sin embargo, compañías canadienses y dentro de la Unión Europea podrían perder decenas de millones de dólares en compensaciones e intereses, y la decisión provocó duras respuestas y promesas de proteger a las empresas de cualquier litigio.
En un comunicado, la directora de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea Federica Mogherini y la canciller canadiense Chrystia Freeland dijeron que era “lamentable” la decisión de retirar las exenciones y afirmaron que “sólo puede derivar en una innecesaria espiral de acciones legales”.
En España, que tiene grandes inversiones en hoteles y otros sectores relacionados con el turismo de la isla, un alto funcionario del gobierno español dijo a The Associated Press que Madrid pediría a la Unión Europea que impugne la medida de Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio.
“La aplicación territorial del embargo de Estados Unidos es ilegal y es contraria al derecho internacional”, dijo Alberto Navarro, embajador de la UE en La Habana. “Yo, personalmente, lo considero también inmoral, y ahí están los 60 años que lo único que aportó el embargo es sufrimiento al pueblo cubano”.-AP