En un hecho curioso que genera tantas preguntas como respuestas, la agencia española de noticias EFE informó que un grupo de narcotraficantes hondureños, guatemaltecos, colombianos y mexicanos presuntamente tenía un plan para asesinar al presidente de Honduras el año pasado.
EFE informó que el plan de criminales de diversos países para asesinar al presidente Juan Orlando Hernández en septiembre de 2014 fue frustrado por las autoridades hondureñas. Algunos de los presuntos asesinos —quienes no son identificados en el informe— fueron arrestados y deportados a sus países de origen. La noticia no menciona ningún otro gobierno como país receptor de los deportados.
El secretario de Relaciones Exteriores de Honduras, Arturo Corrales, le dijo a EFE que el gobierno de Estados Unidos confirmó los informes sobre el fallido atentado, pero ningún miembro del gobierno estadounidense es citado en el comunicado.
Corrales agregó que las autoridades tienen registros de llamadas celulares interceptadas en las que presuntos narcotraficantes admiten la existencia del plan, pero no proporciona más detalles sobre dichas llamadas.
El secretario asegura que Hernández decidió no revelar públicamente el plan en su contra porque ello distraería los esfuerzos que adelanta Honduras para combatir al crimen organizado, y añade que esta decisión fue “estratégica pero además valiente”.
El ministro de seguridad Julián Pacheco le dijo a EFE que Hernández ha recibido amenazas desde que se desempeñó como presidente del Congreso de Honduras entre 2010 y 2014. Durante ese periodo, Hernández propuso más de una docena de leyes para reducir la violencia, así como para combatir al narcotráfico, lo cual, según Pacheco, convirtió a Hernández en blanco de los criminales.
Análisis de InSight Crime
Los esfuerzos del presidente Hernández contra los grandes capos del narcotráfico han sido impresionantes. El año pasado, su gobierno capturó y aprobó la extradición a Estados Unidos de un gran número de narcotraficantes, muchos de los cuales eran considerados intocables por sus nexos con las élites hondureñas.
Pero la decisión de muchos de los miembros del círculo íntimo de Hernández de denunciar oficialmente acerca de la supuesta amenaza parece premeditada y casi estratégica. Estas mismas extradiciones han elevado los temores de que los narcotraficantes con juicios en Estados Unidos podrían hablar con los jueces de ese país sobre los nexos de las élites políticas y económicas de Honduras con el crimen organizado y sobre cómo éstas usan sus ganancias ilícitas para financiar campañas.
Particularmente, otros dos narcotraficantes hondureños terminaron bajo custodia de Estados Unidos sin la ayuda de oficiales hondureños. Devis Leonel Rivera Maradiaga y su hermano mayor, Javier Eriberto Rivera Maradiaga, líderes del debilitado cartel transportista hondureño Los Cachiros, se entregaron a las autoridades de Estados Unidos en enero, presuntamente para evitar ser asesinados por su socio, el exgobernador Juan Gómez.
Un informe, que cita varias fuentes no identificadas, afirma que Hernández se reunió con el actual vicepresidente Ricardo Álvarez en abril de 2013 en una propiedad perteneciente a Los Cachiros, para pactar la campaña presidencial.
La historia de que Hernández busca desafiar a estos narcotraficantes podría protegerlo de cualquier acusación en su contra, en relación a sus nexos con Los Cachiros u otros grupos criminales. Es así como un supuesto intento de asesinato orquestado por una fuerza multinacional de narcotraficantes —que apareció en la primera plana de muchos de los principales periódicos hondureños— terminará por ganarle popularidad al presidente entre la población hondureña.