El diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), Jorge Cálix, ha oficializado su precandidatura a la presidencia de la república de Honduras por el Partido Libre, que actualmente ostenta el poder en el país. Sin embargo, Cálix se enfrenta a un reto significativo al tener que lidiar con el oficialismo dentro de su propio partido.
En un discurso emotivo, Cálix manifestó su profunda tristeza al observar cómo la ilusión con la que el pueblo hondureño votó por Libre y Xiomara Castro se ha ido desvaneciendo poco a poco, especialmente debido a las numerosas promesas incumplidas. «El problema es que al pueblo de Honduras se le prometió refundación, y lamentablemente, hemos dado pocos pasos en esa dirección», expresó Cálix, señalando la discrepancia entre las expectativas y la realidad.
Con determinación, Cálix afirmó tener el deseo de marcar la diferencia y de hacer las cosas de manera diferente. Reconociendo la dureza y la longitud de la batalla política que se avecina, agregó: «Sé perfectamente que la batalla que se avecina será dura y larga».
A pesar de enfrentar críticas y pronósticos pesimistas sobre sus posibilidades de éxito, Cálix no perdió la fe en la capacidad del pueblo hondureño para construir un futuro mejor. «Nos han dicho que no podremos lograrlo, que no nos van a dejar llegar», señaló, para luego reafirmar que «en el maravilloso corazón de los hondureños no hay nada más fuerte que la esperanza de poder construir una Honduras de oportunidades».
Sin embargo, el desafío interno para Jorge Cálix es evidente, ya que la presidenta de Honduras y miembro de Libre, Xiomara Castro, ha expresado su apoyo a la precandidata Rixi Moncada en lugar de a Cálix. La misma situación se presenta con el coordinador general de Libre, Manuel Zelaya, quien también respalda a Rixi Moncada. Esta división interna plantea un escenario complejo para Cálix en su búsqueda por la candidatura presidencial.
La precandidatura de Jorge Cálix representa un punto de inflexión en la política hondureña, donde las divisiones internas y las expectativas insatisfechas han dejado al pueblo hondureño en busca de un cambio significativo.