Sigue intacta la tradición de ir a los molinos a horas muy tempranas y “quebrar” el maíz para preparar las deliciosas tortillas y la masa de los exquisitos nacatamales.
Desde las 2:30 de la mañana se despiertan las dueñas de los molinos para atender a quienes confían en que el sabor auténtico del maíz molido nunca será superado por un sabor artificial.
El precio de este proceso se cotiza a 50 la libra, la raya a 40 lempiras y si es poca cantidad a 35 lempiras.
La molienda del maíz es parte del proceso que recibe el grano para poder convertirse en masa; los molinos son parte de los sitios infaltables en muchas comunidades de Honduras.