Nueva York, Estados Unidos (AFP). Los periodistas que cubren las protestas Estados Unidos por la muerte de un hombre negro en custodia policial, han sido agredidos por la policía y manifestantes.
El arresto de un periodista negro de CNN por la policía en Minneapolis, mientras transmitía en vivo las manifestaciones por la muerte de George Floyd en esa ciudad, fue quizás el más llamativo.
El reportero, Omar Jimenez, fue liberado una hora después luego de que el gobernador de Minnesota interviniera personalmente.
Pero otros incidentes contra la prensa han ocurrido a medida que han surgido protestas en varias ciudades a lo largo y ancho del país. En Louisville, Kentucky, un policía de las fuerzas antidisturbios lanzó bombas lacrimógenas contra un equipo de la televisión local que grababa en el lugar.
«¡Me están disparando!», gritó ante la cámara Kaitlin Rust, reportera de la televisora local WAVE-3.
Y en Minneapolis, la periodista independiente Linda Tirado perdió la visión en su ojo izquierdo luego de recibir una bala de goma disparada por la policía.
«Las autoridades en ciudades a lo largo de Estados Unidos necesitan ordenar a la policía de no arremeter contra periodistas», dijo en un comunicado el Comité para Proteger Periodistas (CPJ).
Integrantes de los medios también han sido atacados por manifestantes. En Pittsburgh, Pennsylvania, el fotógrafo Ian Smith dijo haber sido objeto de una golpiza antes de que otros manifestantes se interpusieran.
En Atlanta, la sede de la cadena de noticias CNN fue atacada el viernes por varias decenas de personas. Una de ellas lanzó una granada a la recepción del edificio, donde se encontraba la policía.
La mañana del sábado, un periodista de Fox News que estaba frente a la Casa Blanca fue golpeado y perseguido por manifestantes antes de que la policía interviniera.
«Si eres un manifestante, haz lo que creas está bien pero no nos impidas hacer lo que sabemos es el trabajo que tenemos que hacer para el público», dijo en un comunicado la Sociedad de Periodistas Profesionales (SPJ).
Tras el incidente en la sede de CNN, el presidente Donald Trump retuiteó una publicación de un seguidor: «En un giro irónico, la sede de CNN es atacada por los mismos saqueadores que [el canal] ha promovido como nobles y justos. Oops».
El mandatario con frecuencia arremete contra los medios, a los que denuncia como fuentes de «noticias falsas» («fake news»), afirmando sin pruebas que los medios inventan historias para perjudicarlo.
Ha acusado a los periodistas de ser «enemigos del pueblo» y con frecuencia dirige su ira contra CNN.
Analistas de los medios alegan que ese tipo de lenguaje puede tener el efecto, al menos en los sectores más marginales, de promover violencia contra periodistas.