El juez de la Corte Suprema de Nueva York James Burke condenó este miércoles a 23 años de prisión al exproductor de cine Harvey Weinstein.
Hace tres semanas, un jurado había declarado culpable a Weinstein de acto sexual criminal en primer grado contra la asistente de producción Mimi Haley y de violación en tercer grado contra la aspirante a actriz Jessica Mann.
La sentencia pronunciada por el juez James Burke de la corte penal estatal de Manhattan es una gran victoria para el movimiento #MeToo contra la agresión y el acoso sexual, nacido tras el estallido del escándalo Weinstein en octubre de 2017.
Más de 80 mujeres le han denunciado por acoso, agresión sexual o violación a lo largo de varias décadas, pero solo fue juzgado por estos dos casos cuyos delitos no han prescrito.
Weinstein llegó al tribunal este miércoles en silla de ruedas.
«No soy la persona que era cuando comenzó esta crisis», dijo Weinstein al juez, pidiendo clemencia antes de conocer la pena.
«Quizás nunca más vea a mis hijos», añadió el productor de cine.
Aseguró que no tenía tanto poder como se dice, que su compañía era «pequeña», y comparó las denuncias contra hombres poderosos acusados de acoso o agresión sexual con la persecución de comunistas lanzada por el senador Joseph McCarthy durante la Guerra Fría.
«Estoy preocupado por este país», sostuvo.
Las seis mujeres que atestiguaron en el juicio cómo fueron agredidas sexualmente por el productor de cine asistieron a la audiencia y se sentaron en primera fila.
Al exigir una pena dura, la fiscal Joan Illuzzi dijo al juez que Weinstein «estaba borracho de poder».
«Tenía los sueños de muchas personas en sus manos» pero «estas jóvenes soñadoras no eran ni siquiera personas para él», añadió.
Antes de la sentencia, y por momentos llorando, Mimi Haleyi dijo al juez: «el incidente con Harvey Weinstein cambió el curso de mi vida». «Aplastó parte de mi alma», añadió.
«Ahora me siento aliviada de saber que no está por encima de la ley», sostuvo Haleyi, y añadió que la condena a Weinstein le ayuda a procesar la «vergüenza» y «la culpa» que siente por lo sucedido.
«Este hombre robó mi cuerpo» y «estoy obligada a llevar la carga de esa experiencia conmigo hasta que muera», dijo al juez la otra acusadora, Jessica Mann. EFE