El Tribunal Supremo de Florida anuló la condena a muerte impuesta al hondureño Clemente Javier Aguirre Jarquín por los asesinatos de dos vecinas suyas en 2004 y ordenó que se celebre un nuevo juicio, según un fallo conocido hoy.
Aguirre, que nació en Honduras en 1980 y llegó a Estados Unidos de manera irregular en 2003, fue condenado en 2006 y apeló infinidad de veces ante los tribunales, que no le dieron la razón ni siquiera después de que surgieron nuevas pruebas que apuntan a una familiar de las víctimas como posible autora de los asesinatos.
“Las nuevas pruebas cambian el foco completamente: Aguirre ya no es la figura atemorizadora que aparecía junto a la cama de Samantha en medio de la noche, ahora es el chivo expiatorio de sus crímenes”, señala el alto tribunal en su fallo.
Samantha Lee Williams es la nieta de Cheryl Williams y la hija de Carol Bareis, ambas asesinadas a puñaladas en su casa del condado Seminole, en el centro de Florida.
El fallo recoge que la joven confesó a varias personas la autoría de esos crímenes, de los que había culpado a Aguirre Jarquín.
El hondureño, que trabajaba como lavaplatos y cocinero en un restaurante cuando sucedieron los hechos, fue apoyado en su batalla legal hasta la Corte Suprema de Florida por la organización Innocence Project (Proyecto Inocencia).
Esa organización se sumó al grupo Capital Collateral Regional Counsel, integrado por los abogados de oficio que representan a los sentenciados a la pena capital.
En la apelación ante la Corte Suprema, los letrados apuntaron que el autor del doble crimen no era Aguirre sino Samantha Lee Williams, quien vivía con su madre y su abuela en una casa remolque, aunque ella niega este extremo.
Los expertos llegaron a identificar el ADN de la joven en ocho muestras de sangre halladas en el remolque.
La mujer dijo a la Policía del condado de Seminole que la tarde del doble asesinato había tenido una discusión con su madre y que había pasado esa noche con su novio y aseguró que cuando las dejó ellas estaban vivas.
En una audiencia en 2013, Samantha Lee Williams reconoció que a veces sufría accesos de furia y admitió que en una ocasión había roto las ventanas de la casa rodante.
Aguirre, de 36 años, señaló a los detectives que se encontraba dando una vuelta por la zona cuando descubrió al amanecer del 17 de junio de 2004 los cuerpos ensangrentados de sus vecinas.
Al intentar saber si todavía seguían con vida, se manchó con la sangre de la víctimas y después se fue del lugar.
La Fiscalía indicó en el juicio que el cuchillo usado para matar a las mujeres fue hallado en el patio de Aguirre y la ropa que llevaba puesta manchada de sangre se localizó en una bolsa de plástico en un cobertizo cercano.
Aguirre se declaró inocente en el juicio en el que se le condenó a dos penas máximas en 2006. El jurado recomendó entonces su condena a muerte con siete votos a favor y cinco en contra.