Partidos “de maletín” históricamente claves en la sostenibilidad de la democracia hondureña

La trayectoria y el papel de los partidos de maletín en la sostenibilidad de la democracia y la gobernanza hondureña han sido históricamente clave.

En la entrega anterior les recordamos cómo esos partidos bisagras, esos partidos de maletín han sido clave en la gobernabilidad del poder legislativo.

Hoy les recordamos la importancia de estos institutos políticos en la gobernanza al nivel del ejecutivo.

En el gobierno del Presidente Rafael Leonardo Callejas, Juan Ramón Martínez de la Democracia Cristiana jugó un papel importante y protagónico en ese gobierno nacionalista.

German Leitzelar, prominente figura y directivo del Pinu, le dio un gran balance al gobierno nacionalista de Ricardo Maduro, ocupando la titularidad de la Secretaría del Trabajo durante todo el período de gobierno.

Durante la administración del Presidente Porfirio Lobo Sosa (2010-2014), los partidos de maletín le dieron a ese gobierno la imagen de un gobierno de reconciliación nacional y para ello, integraron ese gabinete prominentes figuras surgidas de los hoy despreciados, vilipendiados, desprestigiados y nada confiables partidos de maletín.

Así, fue entonces que Felicito Ávila se convirtió en el Ministro del trabajo, Arturo Corrales, Ministro de Planificación y posteriormente Canciller de la República, César Ham, Ministro del INA, Bernanrd Martínez, Secretario de Cultura, Artes y Deportes, Marlon Escoto en educación y Romeo Vásquez Velásquez en Hondutel. Todos ellos de partidos de maletín, pero el momento político requería de su incorporación patriótica para darle un mensaje al mundo que la democracia hondureña es incluyente y representativa para todos por igual.

En esa misma línea ha actuado el actual gobernante Juan Orlando Hernández Alvarado, él ha incluido en sus dos gobiernos a figuras provenientes de partidos de maletín, de partidos bisagras. Arturo Corrales, su ministro de seguridad y el izquierdista Marvin Ponce, uno de sus principales asesores.

Entonces, queda claro y contundente que esos partidos de maletín, esos bisagras y esos que venden credenciales juegan un importante rol en la democracia hondureña. Lamentablemente nuevos caciques democráticos hoy quieren pegarles una patada en el trasero.

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