Bluefields, Nicaragua | AFP.- El huracán Otto tocó tierra este jueves en el extremo sureste de Nicaragua, afectando también con intensas lluvias y fuertes vientos el norte de Costa Rica, informó una fuente oficial en San José.
El anuncio lo hizo el jefe de operaciones de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), Walter Fonseca, en declaraciones al noticiario Teletica del canal 7 de televisión.
l huracán sigue la trayectoria prevista, de este a oeste a lo largo de la zona fronteriza entre los dos países y se espera que en las próximas horas se degrade a tormenta tropical, explicó el meteorólogo Werner Stolz, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
Las autoridades costarricenses informaron que ha recibido unos 900 reportes de incidentes como caída de árboles y edificios destechados, que se están atendiendo en la medida de las posibilidades.
Ambos países ordenaron evacuaciones a lo largo de sus costas en el Caribe, cerraron escuelas y movilizaron equipos para atender emergencias.
Medios de comunicación nicaragüenses reportaron que los problemas más severos se presenta en San Juan del Norte, una pequeña población en el extremo sureste del país.
Sin embargo, las autoridades no han dado informes sobre la situación en las poblaciones impactadas por Otto.
En Bluefields, la principal ciudad del Caribe Sur de Nicaragua, con 45.000 habitantes, la población fue concentrada en albergues seguros en cada uno de los barrios y caseríos y no se reportan incidentes de importancia.
Costa Rica declaró emergencia nacional el miércoles en la noche, horas antes de la llegada de Otto, que amenaza su costa del Caribe y pueblos norteños.
El presidente Luis Guillermo Solís explicó que la emergencia implica el cierre de todas las oficinas del gobierno el jueves y viernes, excepto las que tienen que lidiar con el huracán. Los trabajadores privados también tendrán asueto estos dos días.
Solís dijo en una cadena de radio y televisión que lo más prudente es que las familias adopten las previsiones ante la llegada del “peligroso” ciclón.
“Debo ser claro, el huracán tiene una capacidad alta destructiva. Esperamos que no haya víctimas pero para eso tenemos que estar preparados y acatarlas las órdenes de las autoridades”, expresó el mandatario.
Solís pidió a los pobladores alejarse de los ríos, las zonas inundables o de deslizamiento y no transitar en vehículos en los lugares de mayor afectación.
Teresa Romero, de 52 años, vecina de Barra del Colorado, en el Caribe norte costarricense, muy cerca de Nicaragua, dijo a la AFP que desde el martes salió con toda su familia ante una indicación de las autoridades policiales.
“Allá todo estaba tranquilo ayer, pero nos dijeron que ya el huracán venía. Toda la gente del pueblo salió, solo quedaron como diez hombres”, aseguró la mujer quien se encuentra alojada en una iglesia en la localidad de Guápiles, 64 km al este de la capital.
Según la Comisión Nacional de Emergencias, unas 200 comunidades fueron afectadas en diversos grados debido a daños en las carreteras y a la imposibilidad de acceso por vía aérea, debido a las condiciones climáticas.
En Panamá, la tormenta dejó cuatro muertos y tres desaparecidos pero las alertas se redujeron a medida que el fenómeno se alejó en dirección al norte.
Cuatro personas murieron a causa de las lluvias: un joven de 18 años que fue arrastrado por una crecida mientras se bañaba en un río, una pareja que quedó sepultada por un alud mientras dormía en su casa y un niño de 9 años que fue impactado por la caída de un árbol.
Las autoridades concentran sus esfuerzos en encontrar a tres extranjeros que desaparecieron al naufragar una embarcación frente a las costas de la provincia de Colón, en el Caribe.