LONDRES (AP) — Expertos de salud criticaron el miércoles a Estados Unidos por acaparar casi todo el suministro global de remdesivir, el único medicamento con licencia hasta ahora para tratar el COVID-19 y advirtieron que ese tipo de comportamiento fija un peligroso precedente para los esfuerzos mundiales de compartir los escasos tratamientos en medio de la pandemia.
El gobierno estadounidense anunció el martes que el presidente Donald Trump había conseguido un “excelente acuerdo” para comprar el fármaco producido por Gilead Sciences para el mercado estadounidense. El departamento de Salud dijo que Trump aseguró 500.000 tratamientos de la sustancia hasta septiembre, lo que representa 100% de la capacidad de producción de Gildead en julio y 90% de su capacidad en agosto y septiembre.
“El gobierno de Trump está haciendo todo lo posible para aprender más sobre terapias para salvar vidas del COVID-19 y garantizar el acceso a esas opciones para el pueblo estadounidense”, dijo el departamento en una declaración.
Pruebas iniciales de remdesivir con pacientes hospitalizados con COVID-19 encontraron que aquellos que recibieron el medicamento se recuperaron más rápidamente que quienes no lo recibieron. Esa el único medicamento con licencia en Estados Unidos y la Unión Europea para tratar a enfermos con síntomas graves de la enfermedad.
Ohid Yaqub, un académico en la Universidad de Sussex, dijo que se trata de “una noticia decepcionante”.
“Eso indica claramente una falta de voluntad para cooperar con otros países y el efecto desalentador que eso tiene en los acuerdos internacionales sobre derechos de propiedad intelectual”, dijo en una declaración.
El doctor Peter Horby, que está a cargo de una prueba clínica grande de varios tratamientos para el virus, dijo a la BBC que se necesita “una estructura más fuerte” para garantizar precios justos y acceso a medicinas clave para las personas y naciones de todo el mundo. Dijo que, como compañía estadounidense, Gilead probablemente está “bajo ciertas presiones políticas localmente”.
El vocero del primer ministro británico Boris Johnson declinó criticar a Estados Unidos por la decisión, pero dijo que el Reino Unido tiene una reserva de remdesivir, aunque no especificó cuánto.