Según estadísticas del Instituto de Ciencias Forenses del Ministerio Publico, durante el gobierno de Juan Orlando Hernández se ha disparado las cifras de personas descuartizadas que aparecen en diferentes partes del país.
Al interpretar las cifras se llega a la conclusión que cada mes son mutiladas unas cuatro personas.
Todas las víctimas de los descuartizadores por lo general son encontradas envueltas en bolsas plásticas, sábanas blancas o de varios colores, sacos de mezcal blancos y rojos, así como cajas de cartón de todo tipo.
Los lugares de los hallazgos siguen siendo los mismos: calles desoladas, a orillas de carreteras, matorrales, solares baldíos, basureros, “casas locas” e incluso han dejado los cuerpos semienterradas o en zanjas de las “colonias calientes”.
La jefe de Patología Forense del MP, Ethelinda López, advierte quelos cuerpos desmembrados se han convertido en “el diario” en las mesas metálicas forenses, y la característica que más se destaca en estos homicidios, es cómo la mano criminal pretende achicar las evidencias del crimen.
Es decir, que el desmembramiento de personas refleja un horrendo patrón “que permite ocultar un cuerpo en un espacio menor, embolsarlo o introducirlo, ya sea en saco o caja, para posteriormente poder movilizarlo con más facilidad”.
“No es lo mismo trasladar un cuerpo completo, que puede medir más de un metro sesenta centímetros, que mover un saco que está reducido a menos de un metro, en algunas condiciones”.
“No siempre encontramos los cuerpos en las áreas en donde los han descuartizado; sino que los descuartizan en un lugar y los trasladan para tirarlos a otro lugar…”.
La estadística oficial indica que las víctimas más comunes de desmembramientos son hombres, tal y como ocurre con otro tipo de homicidios. En cuanto a las edades, los reportes de la morgue muestran que se trata de personas jóvenes, en etapa reproductiva, entre el rango de 20 a 40 años de edad, con mayor incidencia entre 20 y 30 años.
Otro de los hallazgos en el horrible patrón de estos crímenes es que los descuartizadores han pasado del uso de armas blancas como navaja, puñal, machete o hacha, a la utilización de sierras eléctricas para acabar en minutos con la reducción del cuerpo.
Según las evidencias científicas, los homicidas tienden primero a estrangular a sus víctimas o a dispararles en una o varias ocasiones en la cabeza.
Solo en la primera semana de febrero del 2015 se reportaron cinco hallazgos de cuerpos mutilados, y el descubrimiento de partes corporales sigue, según el monitoreo actual.