El nuevo acuerdo de paz con las FARC es «definitivo» sin posibilidades de más negociación, dijo el martes el jefe de la delegación del gobierno colombiano.
Humberto de la Calle hizo el anuncio en una conferencia de prensa en la sede del gobierno junto a otros delegados oficiales para referirse al nuevo acuerdo con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
«Este es el acuerdo final, definitivo… no hay espacio para una nueva negociación», afirmó De la Calle.
El mecanismo de refrendación del texto dado a conocer en la madrugada del lunes será debatido por el presidente Juan Manuel Santos y los partidos defensores del acuerdo de paz rechazado en las urnas el pasado 2 de octubre. Las reuniones se extenderán también al Centro Democrático, encabezado por el expresidente Álvaro Uribe y principal opositor a esos acuerdos.
Para De la Calle, se trata de un acuerdo «auténticamente nuevo» que incluye más del 80% de las propuestas de los partidarios del «No».
«Queremos escucharlos a todos: de cómo comienza la implementación de los acuerdos y si es necesaria la refrendación o no y, si se opta por la refrendación, cuál de las alternativas es la que se va a tomar», afirmó el ministro de Interior, Juan Fernando Cristo, presente en la rueda de prensa, en la que también participaron el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, el negociador Frank Pearl y el senador Roy Barreras.
«No podemos tener el acuerdo de paz abierto de manera indefinida», agregó el ministro.
Cristo citó mecanismos como el plebiscito, los cabildos populares -debates a nivel local- o la votación de los acuerdos en el Congreso como posibles herramientas para dar validez definitiva a este pacto. Pese al afán mostrado por el gobierno para cerrar este capítulo, los delegados declinaron referirse a plazos.
La refrendación es el próximo paso para poder implementar lo acordado entre el gobierno y las FARC, en diálogos desde 2012. A partir de entonces, prevé el gobierno, empezará el proceso de desarme de los guerrilleros de las FARC y su legalización para la participación política.
Aunque sigue sin contemplar penas de cárcel para los guerrilleros que contribuyan a la verdad, el nuevo texto detalla los lugares en los que los rebeldes pagarán sus condenas.
Este era uno de los puntos que preocupaba a los opositores del acuerdo inicial quienes reprocharon que los guerrilleros de delitos atroces no sean encarcelados sino sometidos a castigos alternativos.
Además, las FARC deberán presentar a lo largo de los 180 días de su desarme un inventario detallado de sus bienes y activos para reparar a las víctimas.