Carlos Magno Núñez: «vivimos en una sociedad que está postrada, enferma y empobrecida»

Durante la homilía dominical en la Basílica Menor de Suyapa, el padre Carlo Magno Núñez, dijo que “vivimos en una sociedad que está postrada, enferma y empobrecida».

“Nuestra humanidad padece actualmente la fiebre de ideologías, de violencia y del sin sentido, cuánta fiebre padece nuestra sociedad que nos hace observar con indiferencia los millones de hambrientos en el mundo, la violencia de las guerras y esas estructuras injustas que hunden a tantos pobres en la marginación”, dijo.

Según San Marcos, «Jesús infunde vida, restaura lo que está enfermo en nosotros, por eso dice que se le pasó la fiebre y comenzó a servirles, pero no podría ser que esta fiebre fuera algo desproporcionado que la incapacitaba para vivir y amar, en esa fiebre no están representadas nuestras facultades personales que nos impide amar de verdad».

“Ciertamente solo podemos ser curados de nuestra fiebre, cuando una mano amiga se posa sobre nosotros, nos toca y nuestra fiebre se calma” esa mano amiga no es la presencia del Señor en nuestras vidas”.

Tal vez podríamos preguntarnos ¿cuál es nuestra fiebre?, nuestra fiebre es todo aquello que nos impide vivir hoy, puede desaparecer en el contacto profundo con Jesús que es esa mano tendida que nos agarra para sacarnos de la postración, para calmar la fiebre, para conducirnos hacia el servicio de los otros, acotó el prelado durante la

Agregó, el evangelista anota que cuando se puso el sol, le llevaron a Jesús a todos los enfermos y endemoniados, la gente de Capernaúm pone su confianza en Jesús, por eso le llevan dos clases de gente, enfermos y endemoniados; además se subraya que la ciudad entera se agolpaba a la puerta y qué significa la ciudad entera, significa la masa del pueblo, su interés por Jesús es extraordinario, no solo acude sino que se mantiene agolpada a la puerta lo más cerca posible a Jesús, mostrando con ello, su adhesión, su confianza en Él.

Jesús a desperado en ellos gran esperanza y su popularidad ha llegado a todos, entonces Jesucristo curó a muchos enfermos de diversos males, expulsó a muchos demonios. “Él viene a curar todas nuestras dolencias y a liberarnos de nuestras tiranías, somos llamados a escuchar esta historia que ilumina las oscuridades y las postraciones de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, también ilumina nuestras propias oscuridades”, señaló.

Lamentó que “vivimos en una sociedad que como la suegra de Simón, está postrada, una humanidad que se siente también enferma, empobrecida y hambrienta”, sin embargo, acotó que el contacto con Jesús despierta vida e interés por los que sufren y pasión por la liberación de todo mal, Jesús es el hombre que infunde vida y restaura todo lo que está enfermo.

«Aquella jornada que Jesús paso en contacto con tanta gente, fue una jornada dura, intensa, y sin embargo, Jesús no se estresa, no sufre una crisis de ansiedad ni se agobia. ¿Cuál es su secreto?, su relación profunda con el Padre, por eso al final de la jornada, después de estar con aquella multitud de gente, Jesús envía la necesidad de estar solo ante el misterio de su relación con el Padre».

Por eso, dice que se levantó de madrugada cuando todavía estaba oscuro, se marchó al descampado y se puso orar. Jesús necesita ir a la fuente del amor para entrar en la relación con aquel a quien él invoca como su Aba, Jesús busca su experiencia profunda de encuentro con Dios para amar de verdad, necesita encontrarnos con Dios y entrar en una relación de amor y de comunión con él, señaló Núñez.-LaTribuna.hn

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