Como si estuvieran en las mieles del poder, como si estuviera todo controlado para las elecciones generales y como si el pueblo hondureño estuviese en dirección a mejores derroteros, los máximos líderes de dos de los principales partidos de oposición en Honduras vacacionaron durante la Semana Santa.
Por un lado, las principales figuras del partido Libertad y Refundación (Libre), Manuel Zelaya y Xiomara Castro, disfrutaron del famoso vino de coyol en Olancho.
Por otro, el coordinador del Partido Anticorrupción (PAC) Salvador Nasralla y su esposa, aprovecharon las vacaciones en las playas del litoral atlántico de Honduras besándose bajo el agua.
En medio de una crisis política en donde está en juego la prevalencia de sus partidos, los líderes opositores decidieron descansar, mientras que la alta dirigencia del Partido Nacional se reunió en los Estados Unidos para analizar las estrategias a seguir buscando derrotar a la oposición en las elecciones generales.
A Nasralla y a Zelaya poco les sirvió el ejemplo de la escuela de la revolución en Sudamérica, misma que se manifestó con nutridas protestas en plena Semana Santa suscitadas en Venezuela y Paraguay.
“¿Vamos a derrotar a Juan Orlando Hernández con eso?, imposible”, dijo durante su programa televisivo el diputado Esdras Amado López, mientras enfatizaba que el balance de Semana Santa era la inoperancia de los conductores de la oposición hondureña.