Alemania y Turquía sellan el inicio del deshielo de sus relaciones

Los jefes de la diplomacia turca y alemana manifestaron su voluntad este sábado de retomar el diálogo, degradado por un año de relaciones tormentosas, un día después de que el presidente Erdogan visitara París.

Mevlüt Cavusoglu se encontró con Sigmar Gabriel en la ciudad en la que el ministro de Relaciones Exteriores alemán tiene su circunscripción, Goslar, unos 250 kilómetros al oeste de Berlín.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, que recibió a su invitado turco en su domicilio, se declaró «muy feliz» de que el diálogo entre Berlín y Ankara, socios estratégicos por la fuerte minoría turca que reside en Alemania, «vuelva paso a paso a una mejor base».

«Nos hemos encomendado la tarea de hacer todo lo posible para superar las dificultades en las relaciones germanoturcas», añadió durante una rueda de prensa conjunta, precisando que dará prioridad a un diálogo basado «en la apertura y el respeto mutuo», a pesar de que «no tengan en realidad el mismo punto de vista sobre todos los temas».

– «Presiones» y «amenazas» –

Ni Alemania ni Turquía «ceden ante las presiones, las amenazas o métodos similares», insistió por su parte Cavusoglu. «Eso no son los buenos métodos, según nosotros», añadió, afirmando que habrá que relanzar la cooperación económica entre ambos países por «el diálogo, la comprensión mutua y la cooperación».

La visita forma parte de los esfuerzos de Ankara para salir de su aislamiento, consecuencia de la represión que siguió al golpe de Estado fallido de 2016, y para renovar el diálogo con la Unión Europea (UE), muy degradado.

El viernes, Recep Tayyip Erdogan había visitado París para reunirse con el presidente galo, Emmanuel Macron.

La crisis con Alemania ha sido especialmente dura en los últimos meses. Berlín se ha posicionado con vehemencia en contra de la detención en Turquía de varios de sus nacionales, la mayoría de ellos turcoalemanes.

El verano boreal pasado, Berlín lanzó una advertencia a sus turistas sobre los viajes a Turquía, y a sus empresas sobre las inversiones en el país. Asimismo, Alemania congeló las exportaciones de armas hacia Turquía, a pesar de que ésta es un aliado en la OTAN.

El Gobierno turco ha enviado varias señales de apaciguamiento a Berlín desde noviembre, como la puesta en libertad condicional o completa de varias personas con pasaporte alemán.

No obstante, siete alemanes, cuatro de ellos con doble nacionalidad, siguen en prisión en Turquía por motivos «políticos», según Berlín.

La suerte del corresponsal en el país del diario alemán Die Welt, Deniz Yücel, detenido desde hace casi un año y contra quien no se emitió aún ninguna acusación, es la principal fuente de discordia entre Berlín y Ankara.

Ankara acusa con regularidad a Berlín de indulgencia con los separatistas kurdos y los presuntos golpistas.

Erdogan llegó incluso a acusar a la canciller Angela Merkel de «prácticas nazis», después de que Alemania prohibiera a ministros turcos hacer campaña en el país para el referéndum sobre el refuerzo de los poderes del jefe de Estado.

La jefa del Gobierno alemán ha defendido en los últimos meses la suspensión de las negociaciones sobre la adhesión de Turquía a la UE y una reducción de las ayudas financieras a ese país.

La canciller no obtuvo el respaldo de sus socios, a pesar de que el viernes el presidente francés se acercó algo a esta posición al proponer a Turquía una «asociación» con la UE, en lugar de una adhesión.

Sin embargo, Cavusoglu recalcó la necesidad de revisar la unión aduanera entre la UE y Turquía para expandirla, pues eso «interesa a ambas partes».

A Alemania, como a sus vecinos europeos, no le interesa quemar puentes con su socio clave. Turquía cumple una labor esencial para contener el flujo de migrantes o luchar contra el terrorismo yihadista.-AFP

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