Al menos 55 migrantes murieron al volcar un tráiler que los trasladaba de manera ilegal por el sur de México y más de un centenar resultaron heridos en uno de los peores accidentes que haya afectado a los migrantes que cruzan el país rumbo a Estados Unidos.
La cifra de muertos subió a 55 luego del fallecimiento de algunos de los heridos en centros de salud del estado sureño de Chiapas, mientras el registro de lesionados se mantiene en 105, informaron el viernes las autoridades.
Durante la conferencia presidencial matutina el comandante de la Guardia Nacional, general Luis Rodríguez Bucio, indicó que en el remolque viajaban 166 personas de las cuales 95 son de Guatemala, una de Honduras, una de México, dos de Ecuador, tres de República Dominicana y cuatro cuya nacionalidad no ha sido definida. En el grupo de migrantes iban 19 menores de edad, una de las cuales murió en el accidente.
El accidente ocurrió alrededor de las 15:30 (2130 GMT) de la tarde del jueves cuando el camión con remolque, que aparentemente circulaba a exceso de velocidad, volcó en una curva y golpeó la base de un puente peatonal en una zona cercana a la capital de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez. El contenedor, un módulo de carga usado normalmente para transportar mercancías que iba sin techo, se rompió por la fuerza del impacto.
El subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía, dijo desconocer el monto que habrían pagado los migrantes para ser trasladados en el tráiler y precisó que ya se tiene ubicado al chofer, el operador, el vehículo, las placas y los propietarios de las unidades implicadas en el hecho, así como una red de dueños de camiones que se dedican a movilizar a los extranjeros.
Mejía agregó que los migrantes tenían como destino inicial el estado central Puebla y que luego continuarían su ruta hacia el norte.
“Duele mucho cuando se dan estos casos”, expresó el viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador y admitió, durante su conferencia matutina, que ha habido “lentitud” en Estados Unidos para resolver el problema de los migrantes.
“Allá tienen que enfrentar a un elefante reumático que no camina. No actúan de manera ejecutiva y esto amerita una atención urgente”, dijo López Obrador pero defendió a su par Joe Biden alegando que para él no es un asunto sencillo actuar ante la “politiquería” de los partidos.
El gobernante afirmó que insistirá en que el problema migratorio “no se resuelve con medidas coercitivas” sino que tienen que darse oportunidades de trabajo y bienestar a los migrantes. “Se requiere un programa de urgencia para evitar que la gente tenga que emigrar y además quitarles a los traficantes de personas ese negocio inhumano”, agregó.
López Obrador informó que a los supervivientes se les dará “alojamiento, alimentación y en caso de que acepten, tarjetas de Visitante por Razones Humanitarias”.
“Estoy algo inconsciente”, afirmó el guatemalteco Celso Pacheco, intentando recuperarse del shock y mientras a su alrededor cruzaba gente corriendo con heridos en camillas. “Nos agarró la vuelta y por el peso de las personas que veníamos dentro, en la vuelta, nos fuimos todos”, agregó.
Pacheco viajaba solo, pero dijo que en el camión había también como una decena de niños.
Varios cuerpos de migrantes quedaron desperdigados por el asfalto mientras otros tantos estaban en el interior de la caja del tráiler, donde algunos supervivientes se desesperaban entre los cadáveres, como un joven atrapado entre los fierros y que esperaba que los rescatistas pudieran sacarlo. Había otro hombre que mientras era atendido llamaba a los suyos para informarles que estaba vivo. De fondo, alguien gritaba “ya no aguanto el dolor”.
Quienes estaban más graves fueron trasladados en ambulancias, patrullas o incluso en camionetas en medio de la desesperación de quienes ayudaban y de los clamaban ayuda, dijo Marco Antonio Sánchez, del servicio de bomberos.
Uno de los primeros paramédicos que atendieron a las víctimas y que, como otros rescatistas pidió no ser identificado por no estar autorizado a hacer declaraciones públicas, indicó que varios migrantes buscaron refugio en los vecindarios circundantes, ensangrentados o magullados, por miedo a ser detenidos por Migración si se quedaban en el lugar del accidente.
El director de Protección Civil señaló que, según los testimonios de los supervivientes, el vehículo procedía de Comitán de Domínguez, un municipio fronterizo con Guatemala. Es una ruta habitual del tráfico ilegal de migrantes, que son colocados hacinados en las cajas de los camiones y que cruzan así gran parte de México.
Algunos de los supervivientes dijeron que habían pagado entre 2.500 y 3.500 dólares para ser transportados al estado central de Puebla desde donde, presumiblemente, contratarían a nuevos traficantes hasta llegar a la frontera con Estados Unidos.
Las autoridades han intensificado los controles para detectar este tráfico masivo de personas, pero otros muchos migrantes logran cruzar así a Estados Unidos. En uno de los últimos operativos, en noviembre, el Instituto Nacional de Migración detectó a 600 personas en dos camiones.
Al lugar se trasladaron de forma inmediata todos los cuerpos de emergencia, policiales y Guardia Nacional para atender a las víctimas, incluso un helicóptero de Protección Civil.
Poco después, los vecinos observaban atónitos el sitio donde las autoridades iban acumulando cadáveres cubiertos por sábanas y otras telas en plena carretera. Los heridos menos graves esperaban ser atendidos sobre lonas o telas plásticas.
“Lamento profundamente la tragedia en el Estado de Chiapas y me solidarizo con las familias de las víctimas a quienes ofrecemos toda la asistencia consular necesaria incluyendo las repatriaciones”, anunció el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, en su cuenta oficial de Twitter.
El papa Francisco, que visitó Chiapas en 2015 y ha hecho de la suerte de los migrantes uno de los temas centrales de su pontificado, envió un telegrama desde el Vaticano al arzobispo de Tuxtla Gutiérrez. En la nota ofrendó oraciones por las víctimas y sus familiares y por el restablecimiento de los heridos.
El accidente tiene lugar cuando el flujo de migrantes que cruzan México ha crecido de forma considerable este año. La mayoría atraviesan el país clandestinamente y pagando a traficantes, pero algunos grupos volvieron desde hace meses a avanzar en pequeñas caravanas con la esperanza de hacer el trayecto de manera de más segura.
Muchas veces se convierten en víctimas de robos, extorsiones, secuestros, violaciones, desapariciones o incluso encuentran la muerte debido, entre otros motivos, a la actividad de grupos de la delincuencia organizada o a la corrupción y los abusos por parte de algunos funcionarios.
El accidente del jueves es el suceso donde han muerto más migrantes en un solo día desde la masacre de 72 migrantes en el norte del país en 2010 a manos del crimen organizado.-AP