Los cobros por matricula en los centros educativos públicos podría alejar de las aulas a miles de niños y niñas, por los aprietos económicos a que son sometidos los padres de familia, mientras las autoridades educativas, desconociendo su responsabilidad de brindar educación gratuita y de calidad, anuncian sanciones contra directores de escuelas que abusan aplicando esa medida.
Ante las constantes denuncias, el Ministro de Educación, Marlon Escoto anuncio el levantamiento de actas de descargo para 11 directores, quienes según los padres de familia, cobran entre 100 y 2 mil lempiras por costo de matrícula, contraviniendo la Constitución de la Republica la cual reza que la educación será gratuita, obligatoria y de calidad.
El Gobierno de Juan Orlando Hernández, siguiendo con la aplicación del modelo neoliberal, elimino la matricula gratis que garantizaba a los padres de familia, la permanencia de sus hijos en las aulas, congelando además las plazas de aseadoras y vigilantes de centros educativos. El actual régimen mantiene en el completo abandono los centros educativos, tanto de primaria como secundaria, los cuales carecen de mobiliario, material didáctico y sus estructuras físicas en su mayoría están deterioradas, sus techos destruidos, sin pisos, sin agua ni servicios sanitarios, lo que también pone en peligro la salud de los educandos.
Mientras las sanciones anunciadas no serán más que un llamado de atención, la sociedad de padres de familia en cada escuela y colegio público, asumen la responsabilidad de cubrir los gastos de funcionamiento, ante la incapacidad, inoperancia y falta de recursos de una secretaria de educación cuyo titular Escoto trata por todos los medios de elevar su perfil y mejorar la imagen de su patrón Juan Orlando Hernández.
Otras investigaciones demuestran que la mayoría de fondos cobrados por matricula, no se registran en los libros contables de los centros, sino que son depositadas en las cuentas bancarias particulares de los directores de centros, quienes no rinden cuentas a nadie sobre el destino de los mismos.
Honduras está cambiando, pregona el gobernante, pero cambia para pocos que a costillas del pueblo aumentan sus riquezas, mientras miles de niños abandonaran las aulas escolares ante los escasez de recursos en sus hogares, convirtiendo a Honduras en un país de ignorantes fáciles de manejar con discursos vacíos de contenido y donde la corrupción y la impunidad van de la mano, socavando la dignidad humana y menospreciando a los niños y las niñas, que son sin lugar a dudas, el futuro de una patria que se merece un mejor destino.