El presidente Donald Trump postuló el sábado a la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema, una decisión que corona una drástica reorganización del poder judicial que resonará durante una generación y que el mandatario espera ofrezca un necesario impulso a su campaña de reelección.
Barret, exsecretaria del fallecido magistrado Antonin Scalia, dijo sentirse “de verdad honrada” por la nominación y rápidamente se alineó al enfoque jurídico conservador de Scalia al afirmar que su “filosofía judicial es la mía también”.
Barret, de 48 años, estuvo acompañada en la Rosaleda de la Casa Blanca por su esposo y siete hijos. Si el Senado la ratifica en el cargo, ocupará la vacante de la icónica ministra liberal Ruth Bader Ginsberg. Podría ser el giro ideológico más brusco desde que Clarence Thomas sustituyó al juez Thurgood Marshall hace casi tres décadas.
La jueza podría convertirse en la sexta ministra en la corte de nueve miembros postulada por un mandatario republicano, y la tercera en el primer periodo de Trump en la presidencia.
Trump elogió a Barrett como “una mujer de notable intelecto y carácter”, y agregó que había estudiado su historial detenidamente antes de hacer la elección.
Los senadores republicanos de antemano están agrupados para una pronta confirmación de Barrett previa a las elecciones el 3 de noviembre, al tiempo que buscan asegurar la ventaja conservadora en la judicatura federal ante una potencial transición de poder. Mientras tanto, Trump espera que la postulación sirva para mover a sus partidarios mientras intenta defenderse ante el demócrata Joe Biden.
Para Trump, cuya victoria en 2016 dependió en gran medida del renuente apoyo de los evangélicos de raza blanca con la promesa de ocupar la vacante de Scalia con un conservador, la postulación más reciente cierra de alguna manera el círculo de su primer periodo. Incluso antes del fallecimiento de Ginsburg, Trump estaba interesado en tener confirmados a más de 200 jueces federales, cumpliendo un objetivo generacional de activistas jurídicos conservadores.
Trump dijo en broma que el próximo proceso de ratificación “deberá ser sencillo” y “extremadamente sin polémica”, aunque es probable que resulte todo lo contrario. Ningún aspirante ha sido considerado antes tan cerca de unos comicios presidenciales, en los que la votación adelantada ya está en marcha. Trump alentó a los legisladores a que consideren la postulación de Barret con rapidez y pidió a los demócratas que se “abstengan de hacer ataques personales y partidistas”.
En 2016, los republicanos bloquearon la postulación que hizo el presidente Barack Obama de Merrick Garland a la Corte Suprema para ocupar una vacante durante un año electoral y afirmaron que los electores debían tener autoridad en un nombramiento vitalicio. Los republicanos en el Senado afirman que avanzarán esta vez y arguyeron que las circunstancias son distintas ahora que la Casa Blanca y el Senado están controlados por el mismo partido.-AP