El Gobierno de Reino Unido ha acordado imponer una cuarentena de dos semanas a todos los viajeros llegados de otros países a partir del 8 de junio, bajo la amenaza de multar con mil libras (unos 1.100 euros) a quienes la incumplan, como herramienta para prevenir un rebrote de la pandemia de coronavirus.
Un día después de que el balance provisional de afectados por el brote superase los 250.000 infectados y los 36.000 fallecidos, y con el país ya encarando la progresiva reapertura económica, Reino Unido ha decidido poner el foco en los puntos de entrada.
Así, todas las personas que lleguen de otros países por tierra, mar o aire –incluidas las que tengan nacionalidad británica– deberán guardar 14 días de cuarentena. Estarán obligados a informar de las autoridades fronterizas del domicilio donde guardarán este aislamiento, informa la BBC.