El próximo lunes, en el punto fronterizo de Corinto, Omoa (Cortés), El Salvador hará oficial su incorporación a la Unión Aduanera, misma que integran desde junio de 2017 Honduras y Guatemala. De esa forma, los tres países del Triángulo Norte se perfilan para convertirse en la octava potencia económica de Latinoamérica.
El evento contará con la presencia de los presidentes de Honduras (Juan Orlando Hernández); Guatemala (Jimmy Morales) y de El Salvador (Salvador Sánchez Cerén).
El secretario general de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca), Melvin Enrique Redondo, manifiesta que con la adhesión de El Salvador a la Unión Aduanera, Honduras le apuesta a ser el Centro Logístico de las Américas.
Honduras, El Salvador y Guatemala serán parte de un mercado de la octava economía más grande de América Latina -señaló.
Es importante –agregó-, pues potencia las posibilidades de Honduras en su objetivo de convertirse en un Centro Logístico como lo ha proyectado el presidente Juan Orlando Hernández.
Redondo amplió que, además, significa tener acceso a un mercado de aproximadamente 32 millones de consumidores que es lo que representan los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
“Esto potencia, da escala a la economía de los tres países y permite afianzar las posibilidades de atraer inversiones, generar comercio, tener posiciones conjuntas de abordar problemas y adquirir una voz más fuerte en el concierto de las naciones”, señaló Redondo.
INCREMENTO DE COMERCIO
El comercio se va incrementar, indudablemente. Solo en un año, el comercio bilateral entre Honduras y Guatemala creció a un tasa de un 9 por ciento.
La simplificación administrativa ha significado una reducción importante de tiempos de paso en los puntos aduaneros.
Al respecto, el presidente Hernández, uno de los principales impulsadores de la Unión Aduanera, ha dicho que “Hoy, una mercancía que goza de libre tránsito cruza la frontera en un plazo de 15 minutos, según lo midió el Banco Mundial (BM); antes, el paso de mercaderías podía tardar horas para poder circular, y en casos extremos registrados, llegó a demorar hasta 50 horas”.
Los beneficios directos son para las empresas, pues habrá reducción de costos, aparte de ganar competitividad y esto redundará en una mayor actividad económica que traerá por consecuencia mayores niveles de empleo –dice el mandatario hondureño.
El Salvador asegura que para fin de 2018 podrán tener habilitado una parte de los puntos fronterizos que se estarían incorporando a la Unión Aduanera, en particular el puesto de la aduana de El Poy, entre ese país y Honduras.
“La idea que han manifestado las autoridades salvadoreñas es que a finales de este año se estaría implementando esto. Esto significa naturalmente trabajar en un cronograma de actividades que se enfoca en la infraestructura necesaria para habilitar el libre tránsito en el desarrollo de instrumentos informáticos para administrar la libre circulación de mercaderías”, explica Redondo.
A la vez, se establecerán las regulaciones sanitarias y fitosanitarias y los trabajos hacia la incorporación de las aduanas periféricas que estarían del lado de El Salvador -en este caso el puerto de Acagutla y el aeropuerto monseñor Arnulfo Romero-, aparte de los puntos fronterizos internos como El Poy y El Amatillo.
“Los tres países se van a beneficiar. Honduras tiene una posición privilegiada dada su posición geográfica hacia los dos océanos (Pacífico y Atlántico)”, aporta Redondo.
Las últimas modificaciones en la infraestructura del Puerto Cortés ponen al país en una posición ventajosa -subrayó.
Redondo añadió que la finalización de los trabajos del Corredor Seco y el anuncio de las mejoras al puerto de San Lorenzo a través de una Alianza Público Privada (APP), sin lugar a dudas potencian a Honduras como el Centro Logístico para las Américas.