Cuatro personas, incluidos dos policías, murieron y un sospechoso fue arrestado el viernes luego de un tiroteo en la ciudad de Fredericton, al este de Canadá, en momentos en que crece la preocupación por el recrudecimiento de la violencia en el país.
El sospechoso es un hombre de 48 años que reside en Fredericton, dijo el subjefe de la policía de la ciudad, Martin Gaudet, en una conferencia de prensa, sin otorgar detalles sobre las motivaciones del presunto tirador, que habría quedado gravemente herido.
El hombre fue arrestado en su apartamento poco después del tiroteo, agregó Gaudet.
Policías arribaron rápidamente a la escena, un pequeño edificio en una zona residencial en el norte de la ciudad, tras recibir una llamada alrededor de las 7H10 locales (10H10 GMT). Una vez allí, encontraron a dos personas muertas tendidas en el suelo.
«Fue entonces cuando les dispararon», explicó el funcionario.
Un testigo que despertó por las detonaciones dijo a la televisión local que a través de su ventana había visto a un hombre disparar desde su departamento. «No vi al tirador, solo el cañón de su arma», aclaró.
Los dos policías asesinados son un hombre de 45 años, casado y con cuatro hijos, y una madre de tres hijos de 43 años. Las otras dos víctimas son un hombre y una mujer adultos, dijo Gaudet. No precisó si también hubo heridos, aparte del tirador.
El barrio de Brookside, cerca del centro de la ciudad de unos 60.000 habitantes situada en Nouveau-Brunswick (este), estuvo cercado durante varias horas después del tiroteo, según testigos. El perímetro de seguridad fue levantado al medio día.
Durante varias horas, la policía del barrio pidió a la población quedarse en casa y confinó a los clientes dentro de comercios.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, reaccionó de inmediato ante esta «terrible noticia».
«Mis sentimientos están con todos los que han sido afectados por el tiroteo esta mañana. Seguiremos la situación muy de cerca», escribió en Twitter.
– «Como en una película» –
«Escuché lo que pensé que eran niños jugando con petardos. Dos disparos, tres disparos, luego tres o cuatro… Era surrealista, como en una película», narró a Radio-Canada Pierre Huard, un residente del vecindario.
Una veintena de niños de entre 2 y 7 años fueron confinados en sus guarderías, dijo a CBC Rachel Le Blanc, otra testigo y directora del lugar.
«No tienen idea de lo que está pasando, lo cual es muy bueno», dijo. «Muchos padres llamaron, estaban muy asustados, se tranquilizaron.»
La provincia de Nouveau-Brunswick, en el este del país, había vivido antes un tiroteo mortal en junio de 2014.
Tres elementos de la Real Policía Montada de Canadá fueron abatidos en plena calle en Moncton, la ciudad principal de Nouveau-Brunswick, por un hombre que abrió fuego contra ellos.
El asesino fue condenado a 75 años de prisión, la sentencia más dura impuesta a una persona en la historia reciente de Canadá.
Más recientemente, el 22 de julio pasado, un hombre abrió fuego en una calle de Toronto y provocó la muerte de una joven de 18 años y de una niña de 10, hiriendo a otras 13 personas.
El tiroteo fue reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), pero la policía afirmó que no tenía pruebas que apoyaran esa reivindicación.
Esta serie de tiroteos podría reavivar el debate sobre el control de armas de fuego en Canadá.
En marzo, el gobierno de Trudeau endureció las condiciones para poseer un arma de fuego argumentando el aumento de delitos violentos, pero sin atreverse a crear un sistema de registro nacional de armas obligatorio.
Preguntado por los medios, el ministro federal de Seguridad Pública, Ralph Goodale, reconoció que «la violencia por armas de fuego se incrementó desde hace cinco años».
Hay que fortalecer la legislación para «abordar específicamente este objetivo, mejorando nuestra ley de armas y desbloqueando nuevas inversiones para ayudar a las provincias y municipios a lidiar con esto», agregó.
«En nombre de todos los habitantes de Nouveau-Brunswick ofrezco mis condolencias, mis pensamientos y mis oraciones por las víctimas y sus familiares», tuiteó por su parte el primer ministro de la provincia, Brian Gallant.-AFP