Con sillas de playa, juegos de mesa y compartiendo expresiones artísticas, miles de opositores venezolanos se congregaron este lunes en algunas de las principales vías del país para «plantarse» contra el Gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro.
Los adversarios del mandatario ya acumulan seis semanas de protestas contra Maduro, quien está haciendo campaña a favor de una Asamblea Constituyente para rescribir parte de la carta magna.
«Tenemos más de 42 días en esto, y no nos vamos», dijo Anelin Rojas, una empleada de recursos humanos de 30 años, sentada en una autopista de Caracas, usando audífonos y leyendo un libro. «Y vendré a protestar todos los días y todo el tiempo que sea necesario. Lamentablemente, estamos frente a una dictadura que no va a cambiar nada a menos que los obliguemos», agregó.
Está previsto que el ‘plantón’ se prolongue hasta el final de la tarde. En Caracas los manifestantes se protegían de la lluvia con paraguas, en la ciudad fronteriza de San Cristóbal, hacían una sopa comunitaria y en Ciudad Guayana, la gente leía sentada en el piso.
La oposición acusa a Maduro de haberse convertido en un dictador que usa su influencia sobre las instituciones del Estado para mantenerse en el poder. Pero el mandatario alega que sus enemigos políticos están agitando las calles con disturbios y manifestaciones, sólo para derrocarlo.
Maduro dijo en la víspera que «pronto» entregará un decreto presidencial al árbitro electoral para establecer las bases comiciales para la elección de la asamblea constituyente, con las que se establecerá el método de votación y postulación de los nuevos redactores de la carta magna.
Hasta ahora el Gobierno ha sido críptico sobre el método de la elección, que sólo ha adelantado será «sectorial» y «territorial». En el interior del país los opositores también trancaban vías. Ganaderos en Táchira, en los Andes, detuvieron sus jornadas en apoyo a la protesta y regalaron leche y queso a los manifestantes.
Al sur, en el estado Bolívar, agricultores bloquearon por unas horas una carretera que conecta con Brasil. Al menos 38 personas han muerto en medio de las protestas -que a menudo terminan en disturbios violentos-, incluyendo manifestantes, simpatizantes del Gobierno, peatones y miembros de las fuerzas de seguridad. Cientos han resultado heridos o arrestados.
La oposición está buscando apoyo internacional para mantener la presión contra Maduro, y ha logrado el pronunciamiento de varios Gobierno a favor de sus peticiones, particularmente de adelantar una elección para cambiar el Gobierno.
La Unión Europea instó a las autoridades venezolanas a celebrar elecciones y liberar a un centenar de políticos y activistas que están presos, en su reacción más crítica hasta la fecha hacia los eventos que sacuden al país petrolero.
El Gobierno de Maduro ha dicho que no permitirá la «injerencia» en su política interna, y mantiene que las elecciones presidenciales se celebrarán a fines de 2018, como está establecido en el
calendario, a pesar de que todavía no se han convocado dos comicios regionales previstos para 2017.
Venezuela está sumida en una profunda recesión desde 2014, agravada por el retroceso de los precios de petróleo, la principal fuente de dinero del país, que depende de sus importaciones y también sufre escasez de alimentos y medicinas, y una altísima inflación.-Reuters