Mientras en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) se discutía la activación de la Carta Democrática para expulsar Venezuela, en Honduras la embajada de dicho país sudamericano se encontró desolada.
Ni Manuel Zelaya Rosales, ni Juan Barahona, ni Rafael Alegría, ni Patricia Rodas, ni ningún líder que en su momento se refirió con elogios al gobierno venezolano y al comandante Hugo Chávez se apersonó a manifestar su solidaridad con el gobierno de Venezuela.