Monseñor Rómulo Emiliani brindó su primera conferencia de prensa después haber anunciado este martes, su retiro como obispo auxiliar de la diócesis de San Pedro Sula, en la que dejó claro que no se va de Honduras y que le provocó frustración que no se concluyera el centro penal de Naco, Cortés, norte del país.
– Añadió que “puse toda mi ilusión con gente muy honesta y muy capaz, pero se paró la obra, se están arruinando los materiales y es una frustración, pero estoy acostumbrado a eso”.
– “Quisiera darle más a este pueblo sacrificado, ensangrentado, humillado que es Honduras”, expresó.
Emiliani explicó que tomó la decisión porque necesita concentrarse en lo que pueda dejar una huella. “Tanto en la evangelización, como en la promoción humana, esa es la razón por la que renuncio a mi oficio como obispo auxiliar de San Pedro Sula”, dijo.
Agregó que “dejo una diócesis que tanto quiero y amo, que he servido, ahora me dedicaré el resto de mi vida a lo que pueda hacer de la mejor manera, concentrándome en cosas esenciales que puedan hacer un cambio en la sociedad”.
El religioso oriundo de Panamá apuntó que en la vida no aspira a tener honores. “No aspiro a honores, ni bienes materiales, no tengo nada mío como uso material, ni el carro, solo aspiro a servir de la mejor manera el resto de mi vida”, aclaró.
El obispo fue claro y dijo que no se irá del país y que sí tuvo frustraciones como no terminar de construir el centro penal de Naco, Cortés.
“No me voy de Honduras; estoy acostumbrado a las frustraciones y fracasos, el centro penal de Naco es un fracaso, teníamos el 60 por ciento de las obras terminadas y todo se paró, hemos invertido 160 millones de lempiras en eso, yo he asumido la responsabilidad, he firmado los cheques por 160 millones de lempiras y ahora después de un año les pagamos siete millones de lempiras que les debíamos a los contratistas”, explicó.
Añadió que “puse toda mi ilusión con gente muy honesta y muy capaz, pero se paró la obra, se están arruinando los materiales y es una frustración, pero estoy acostumbrado a eso”.
Emiliani reiteró que ahora se dedicará a trabajar en cosas esenciales, dejando a un lado otras obras buenas que eran en segundo lugar y concentrándose en cosas más específicas.
“Espero continuar en Honduras, es lo que deseo, estoy en comunicación con la Santa Sede y ellos decidirán, pero yo quisiera darle más a este pueblo sacrificado, ensangrentado, humillado que es Honduras. Me he identificado totalmente y he arriesgado mi vida varias veces porque este pueblo necesita tanto de la iglesia”, indicó.
Aclaró que la renuncia tiene que ver con dejar la autoridad que tiene ciertos privilegios. “Saben que mi sueldo son tres mil 800 lempiras más la comida y techo, en Honduras soy millonario porque tengo asegurada mi comida, acá hay gente que se acuesta sin comer”, confesó.
Traslado de reos no influyó en su renuncia
El Obispo señaló que al tomar la decisión de trasladas de los reos de San Pedro Sula a Ilama, Santa Bárbara, no tuvo nada que ver con su decisión de renunciar al cargo de la diócesis de San Pedro Sula.
“Sobre el traslado no puedo estar en contra, el Estado tiene todo el derecho de administrar las cárceles siempre que se respeten los derechos humanos. Lo que faltó es preparación de la gente, pero no hubo resistencia y nada que lamentar, ahora están en Ilama, la conozco y es una cárcel bien hecha, hay que ver si aguanta tanta gente. Ahí estarán ubicados mientras se termina la de Naco”, declaró.
Aseguró que “estas tres nuevas cárceles no se van a dar abasto, cada día entran más personas a las prisiones y los juicios son lentos, deben haber más medidas distintas a la prisión, qué se yo, que firmen todas las semanas”.
El Obispo cerró diciendo que en la vida hay que acostumbrarse a los golpes. “Son duros, pero hay que subir la colina, estoy acostumbrado a que los golpes son duros”, concluyó.
Tomado de proceso.hn