Una reunión de más de 3 horas, a puerta cerrada, en un ambiente sereno, sin cámaras, ha sido el lugar en el que el Papa Francisco ha reconocido por primera vez la existencia de corrupción en el Vaticano.
Según publica el diario italiano ‘Corriere della Sera’, el Papa acudió el pasado 25 de noviembre a un encuentro con 140 responsables de varias órdenes religiosas masculinas y congregaciones (USG). Allí el Pontífice accedió a responder a todas las preguntas de los religiosos, desde la próxima Jornada de la Juventud, pasando por su vida tras ser elegido Papa, hasta la corrupción y los abusos sexuales que golpean a la Iglesia que él gobierna.
El Papa fue muy sincero y ante la pregunta de cuál era su fuente de serenidad, de dónde sacaba su confianza, no dudó en reconocer por un lado, que desde que le nombraron Papa vive en paz, «y no, no tomo tranquilizantes», y menos tenso que cuando se encontraba en Buenos Aires. Además, aseguró que «hay corrupción en el Vaticano», pero él está «en paz».
«Si hay un problema escribo una nota a San José y la pongo debajo de la estatua que tengo en mi habitación (…) ¡Y ahora duerme bajo un colchón de notas!», aseguró en un tono distendido. «Por tanto, duermo bien. Es una gracia de Dios que siempre haya dormido seis horas», remató.
Según el Pontífice, para vivir en paz se necesita un poco de «pasotismo», pero «nunca lavarse las manos de los problemas», aunque «sí, en la Iglesia hay muchos Poncios Pilatos que se lavan las manos para estar tranquilos, y un superior que se lava las manos no es padre y no ayuda».
El Papa señaló que en las estructuras de la Iglesia se puede encontrar «una atmósfera mundana y principesca» y añadió que los religiosos «tienen que contribuir a destruir este ambiente nefasto».
«Y no hay necesidad de convertirse en cardenales para creerse príncipes. Basta ser clericales. Esto es lo peor en la organización de la iglesia», aseguró.
A Jorge Bergoglio no le importan las críticas pues explica «que hace bien que le critiquen a uno» y que «la vida está llena de incomprensiones y de tensiones, y cuando son críticas que sirven a crecer, las acepto, respondo».
Respecto a los abusos sexuales por parte de religiosos, Francisco dijo que «al parecer dos de cada cuatro abusadores han sufrido abusos y esto es devastador».
«En el caso de que estén implicados curas o religiosos está claro que está presente el diablo, que destroza la obra de Jesús a través de quien la tendría que anunciar», agregó.
Sobre la pederastia, Francisco dijo que hay que tener claro que «es una enfermedad» y pidió «atención al recibir a candidatos a la formación religiosa sin verificar su adecuada madurez afectiva».
Tomado de elmundo.es