Honduras sigue experimentando niveles de violencia “alarmantemente altos” a pesar de que han disminuido con respecto a años anteriores, advirtió este viernes el relator de Naciones Unidas para ejecuciones extrajudiciales sumarias y arbitrarias, Cristof Heyns.
Los niveles de violencia “siguen siendo alarmantemente altos pero han comenzado a moverse en la dirección correcta” hacia la disminución, resaltó el funcionario en rueda de prensa, al terminar una visita de cinco días al país centroamericano.
Heyns llegó el lunes a Tegucigalpa para reunirse con autoridades del gobierno y representantes de organismos de derechos humanos.
En su exposición, el relator indicó que el problema de la violencia en Honduras tiene dos dimensiones: “el (elevado) número de personas que mueren y el bajo número de personas que rinden cuentas” por sus crímenes.
“La impunidad es el sello y, en gran medida, la violencia” es generada por “patrones regionales de tráfico de drogas”, deploró el relator.
Recordó que en 2013 la tasa de homicidios se situaba en 79 por cada 100.000 habitantes y que a inicios del 2016 bajó a 60, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional.
Destacó que esa disminución obedeció al fortalecimiento de los aparatos de seguridad y las capturas de jefes de pandillas o maras, así como a la extradición de cabecillas del narcotráfico, por lo que consideró que “los avances logrados muestran que (el problema) no es insuperable”.