La falta de una política de respeto a la oposición por parte del Gobierno de Juan Orlando Hernández, que lejos de propiciar un dialogo para abordar los serios problemas que vive el país, ofrece únicamente represión y “toletes”, continúa provocando la reacción de los “indignados” en todo el territorio nacional.
Tal es el caso de lo sucedido en los departamentos de Atlántida y Olancho, donde nuevas protestas evidencian el alto nivel de indignación e inconformidad del pueblo hondureño hacia la gestión gubernamental.
Tela y Catacamas se convirtieron en los más recientes escenarios de repudio hacia la figura de Juan Orlando Hernández, lugares donde su presencia volcó a los pobladores hacia las calles con la intención de expresarle personalmente y de frente al presidente que lo quieren “fuera”.
Aún más enojo ha provocado la determinación del Presidente, quien mediante circulares y amenazas de sanción a jefes policiales, pretende confrontar a la policía con el pueblo hondureño y propiciar escenarios de represión y violencia contra las legítimas protestas populares.
Justamente a raíz de lo sucedido en Tela, el jefe policial de la localidad, el subcomisionado Byron Sauceda, fue separado de su cargo al no acatar las órdenes de represión y ataques contra los indignados que se manifestaron en ese municipio.
La falta de tolerancia e incapacidad de gestar el dialogo con la oposición política por parte del gobierno, continúa sirviendo como gas para las antorchas y representando un detonante para una bomba de tiempo que podría convulsionar aún más a una ya sublevada sociedad hondureña inconforme con las acciones de Juan Orlando Hernández.
Aquí la nefasta circular girada por las autoridades de seguridad: