En una pose de un gobernante populista, Juan Orlando Hernández se ha visto obligado a tener que montar toda una campaña utilizando a la niñez para tratar de sensibilizar a los padres de familia ante la situación crítica que vive Honduras en todos los órdenes.
Durante lo que va de la semana, Juan Orlando Hernández, junto con el Presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, manipularon el Congreso Infantil que año con año se lleva a cabo para impulsar iniciativas y leyes de parte de los pequeños que representan a la niñez hondureña.
Es tal el descaro, que durante las deliberaciones del Congreso Infantil, los menores fueron obligados a tener que resaltar los fracasados programas impulsados desde Casa de Gobierno, como la desprestigiada Bolsa Solidaria, el politizado Bono 10 Mil y otras ayudas con las que el mandatario compra las conciencias de los más pobres en Honduras.
Para rematar, no bastándole que en cada bolsa que entrega a las familias va el nombre membretado y su firma, ahora también ha gastado una millonaria cantidad de dinero para mandar a elaborar confites, galletas y churros cuyos envoltorios también llevan de manera ridícula su firma y sello, con el objetivo de sensibilizar a los padres de familia y que se expresen bien del Gobierno aún en medio de la crisis económica, la falta de seguridad, precaria atención a los centros educativos y las muertes violentas de cientos de niños y niñas como han denunciado organizaciones defensoras de Derechos Humanos.