Mientras la IX Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se aproxima, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha hecho un “grande” esfuerzo por asegurar que su evento sea internacionalmente relevante. La “gran noticia” de esta semana fue que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó su asistencia al evento… pero solo por dos horas.
Sí, leíste bien: ¡dos horas! En una entrevista, Sheinbaum comentó que su participación será breve, «un ratito», y que aún está «definiendo el horario» para ver si puede llegar a tiempo para la inauguración. ¿Es esta la magnitud de la cumbre que Xiomara Castro ha estado esperando? La mandataria mexicana, de hecho, usará un avión de las Fuerzas Armadas de México para ese corto tiempo que tiene disponible, dejando en claro que su presencia no es precisamente una prioridad.
Sheinbaum, quien ha optado por mantener una política de pocos viajes internacionales, comparó este evento con su asistencia a la cumbre del G20 en Brasil en noviembre pasado. Sin embargo, esta vez, parece que ni siquiera un viaje comercial será necesario para algo tan efímero. “Solamente hablamos de la invitación”, explicó la presidenta de México, en lo que parecía más una cortesía diplomática que una visita de importancia.
Pero el espectáculo no terminó ahí. En su afán por resaltar la importancia de la Cumbre, Castro también logró anunciar la presencia de otros presidentes de la región, como el de Guatemala, Bernardo Arévalo, y varios otros mandatarios latinoamericanos, quienes en realidad estarán allí para algo más que unas pocas horas de gloria.
A pesar de que la Cumbre podría haber sido vista como un evento clave para Honduras, la realidad es que la presencia de Sheinbaum, limitada a una fugaz aparición, resalta aún más lo trivial que parecen las grandes ambiciones de la presidenta hondureña. En lugar de ser un encuentro relevante para la región, parece que la IX Cumbre terminará siendo solo otro trámite diplomático, con una asistencia que solo hará eco de la promesa incumplida de Castro de proyectar a Honduras en el escenario internacional.
Así que, mientras Xiomara Castro se prepara para entregarle la presidencia pro témpore de la CELAC a Gustavo Petro de Colombia, lo único claro es que el evento podría quedarse corto, especialmente cuando la principal invitada solo se tomará un pequeño descanso de su “gran trabajo” en México para hacer una breve aparición. ¿Será este el tipo de liderazgo que Honduras necesita?