La presidenta Xiomara Castro entregó este lunes una nueva flota vehicular a la Policía Nacional, en un acto que tuvo lugar en la Secretaría de Seguridad en Comayagüela, Distrito Central. La entrega, que incluye 60 patrullas, 19 microbuses y 12 camiones utilitarios, se realizó en un contexto que pone en evidencia las contradicciones entre su discurso de campaña y las decisiones tomadas durante su gobierno.
Durante la campaña presidencial, Xiomara Castro se mostró muy crítica con las fuerzas de seguridad del país, especialmente con la Policía Nacional, a la que acusó de corrupción, abuso de poder y complicidad con grupos criminales. Su discurso en ese entonces, como parte de su propuesta de “refundar” el Estado, señalaba a las instituciones de seguridad como una de las principales fuentes de violencia y desconfianza en el país. De hecho, la presidenta prometió en múltiples ocasiones la depuración de la policía, y en varias ocasiones se pronunció contra el respaldo a las fuerzas del orden sin antes abordar sus problemas estructurales.
Ahora, tras más de dos años de mandato, la misma presidenta que en campaña criticaba fuertemente a la institución policial, entregó los nuevos vehículos como parte de una estrategia para fortalecer la seguridad pública, justificando que las inversiones en equipo buscan «brindarle la confianza y seguridad al pueblo hondureño». En su discurso durante el evento, Castro expresó su satisfacción por dotar a la Policía Nacional con los recursos necesarios para cumplir con su labor de manera más eficiente, subrayando el papel fundamental de las fuerzas del orden en la protección de la sociedad.
“Las inversiones que estamos realizando son para brindarle la confianza y seguridad al pueblo hondureño. No solamente es la inversión material, sino también la tranquilidad de saber que tienen una policía movilizándose a nivel nacional”, aseguró la mandataria.
Si bien las autoridades y la misma presidenta destacan que esta entrega forma parte de la estrategia de seguridad del gobierno, la contradicción no pasa desapercibida. Después de una campaña marcada por la desconfianza hacia la policía, ahora se otorgan recursos significativos a la misma institución que antes fue señalada por su ineficiencia y falta de control.
El titular de Seguridad, Dr. Gustavo Sánchez, enfatizó que la nueva flota vehicular permitirá ampliar la cobertura de la Policía Nacional en áreas clave, mejorando la respuesta ante emergencias y fortaleciendo la presencia en comunidades con altos índices de criminalidad. Sin embargo, la pregunta que persiste es si la entrega de estos vehículos será suficiente para restaurar la confianza de la ciudadanía en una policía que, bajo el mismo gobierno que hoy la apoya, sigue siendo señalada por su vinculación con estructuras del crimen organizado y sus graves fallas en la protección de la población.
Con este cambio de postura, Xiomara Castro enfrenta la difícil tarea de justificar su apoyo a una institución que, a lo largo de su gobierno, ha estado en el centro de la controversia. El gobierno sigue afirmando que esta es una acción dentro de su estrategia de seguridad nacional, pero las dudas persisten sobre la efectividad de esta medida si no se abordan las raíces profundas de la corrupción y la falta de profesionalismo dentro de las fuerzas del orden.
Al final, la entrega de vehículos podría ser vista como una respuesta pragmática ante la necesidad de mejorar la seguridad pública, pero también como un claro contraste con las promesas de campaña. La administración de Castro sigue caminando una línea fina entre sus propuestas electorales y las realidades del ejercicio del poder.