El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, criticó la decisión del gobierno estadounidense de reconocer las elecciones presidenciales de Honduras en el 2017, que dieron como ganador a Juan Orlando Hernández, quien ha sido señalado de tener vínculos con el narcotráfico.
En una audiencia ante el comité de relaciones exteriores del Senado, Almagro recordó que la OEA pidió que se celebren nuevas elecciones en Honduras, basándose en un informe del organismo que encontró serias irregularidades en el proceso.
“Prácticamente nos dejaron hablando solos sobre este asunto”, dijo el secretario general en respuesta a una pregunta del senador Tim Kaine sobre los pasados comicios y cómo EE. UU. puede ayudar a la OEA a “ser más efectiva”.
El gobierno del expresidente Donald Trump decidió reconocer a Hernández como ganador de las elecciones presidenciales, a pesar de las preocupaciones de la OEA, miembros del Congreso estadounidense y grupos en defensa de los derechos humanos.
En ese entonces, el Departamento de Estado, no obstante, reconoció que hubo “irregularidades” en el proceso electoral -citando el informe de la OEA- y pidió al país esforzarse por paliar la división y llevar a cabo una reforma electoral.
El senador Kaine vinculó el reconocimiento de Hernández con el deterioro de la situación en Honduras, uno de los países con la tasa de homicidios más alta del mundo, y donde se ha denunciado represión y violencia sistemática por parte de los cuerpos de seguridad del estado.
“EE. UU. pagó un precio alto por no levantarse en contra de un autoritario y ahora estamos lidiando con una crisis en la frontera, impulsada por la violencia intensa y la corrupción” en Honduras, dijo el legislador por el estado de Virginia.
Actualmente, legisladores demócratas en la Cámara de Representantes buscan la aprobación de un proyecto de ley que suspenda los fondos de ayuda de EE. UU. destinados a operaciones militares, alegando corrupción e impunidad contra abusos a los derechos humanos por parte del Estado.
Sin embargo, el Gobierno de Biden -como parte de su estrategia migratoria- busca que el Congreso incremente la ayuda que EE. UU. da a Centroamérica a 4.000 millones de dólares con el objetivo de atajar las causas subyacentes de la migración.
Los fondos, aseguró la asesora de la Casa Blanca para la frontera sur, Roberta Jacobson, no irán hacia líderes del gobierno, sino a “comunidades, entrenamiento, migración climática y prevención de la violencia”.
Agenda “común” hacia Venezuela
En la audiencia sobre el estado de la democracia en Latinoamérica, Almagro calificó al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro como “la peor dictadura” que se ha visto en el continente.
“Venezuela es un caso extremo”, dijo el secretario general y pidió que la comunidad internacional, incluyendo EE. UU., tuviera una estrategia unificada hacia el país suramericano.
“Para que [la estrategia] funcione de manera adecuada, necesitamos que todos los países del mundo y aquellos que estén comprometidos con la democracia actúen de la misma manera”, aseguró el uruguayo.
El gobierno Biden ha expresado que seguirá reconociendo al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y rechazó los resultados de las elecciones legislativas de diciembre, que dieron el control de la Asamblea Nacional al oficialismo. Sin embargo, la Unión Europea decidió dejar de reconocer a Guaidó como presidente interino después de los comicios, alegando que su estatus se basaba en que era el presidente del parlamento.-VOA