Las autoridades mexicanas deportaron vía aérea a 106 migrantes hondureños desde el oriental estado de Veracruz, informó este lunes el Instituto Nacional de Migración (Inami) de México.
A través de Twitter, indicó que los hondureños, en su mayoría familias con niños, tomaron un avión desde la ciudad de Minatitlán, en el estado de Veracruz, hacia San Pedro Sula (Honduras).
“El retorno se llevó a cabo en coordinación con el Consulado de Honduras, cumpliendo con las normas y procedimientos migratorios vigentes”, aseguró el Inami.
En los últimos días las autoridades mexicanas reportan de manera constante detenciones y deportaciones de migrantes centroamericanos a lo largo y ancho del país.
Las deportaciones de este lunes se suman a las muchas operaciones que el Gobierno mexicano está realizando -y divulgando- desde que llegó a un acuerdo con Estados Unidos para que este retirara su amenaza de aranceles a los productos mexicanos a cambio de que se redujera el flujo migratorio.
Desde el acuerdo del pasado 7 de junio, México ha intensificado los esfuerzos contra la migración con la presencia de la Guardia Nacional -un nuevo cuerpo de seguridad compuesto por policías, militares y marinos- y más agentes migratorios en la frontera sur del país.
Según el Inami, de mayo a junio las deportaciones se incrementaron un 32,7 %, pasando de 16.507 a 21.912 extranjeros devueltos por las autoridades a sus países de origen.
México también cuenta con un plan de desarrollo para el sur del país y los países Centroamericanos, para los que se destinará un monto aproximado de 100 millones de dólares.
Estados Unidos también pretende apoyar para superar esta crisis invirtiendo dinero en el desarrollo del sur de México, por lo que la semana pasada el país anunció que destinará unos 800 millones de dólares en el sector privado de esa zona a través de la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero (Opic).
Desde octubre de 2018, miles de migrantes centroamericanos huyen de sus países y atraviesan México en busca del sueño americano.
La migración se debe especialmente a la violencia y pobreza que se vive en Guatemala, Honduras y El Salvador. Asimismo, la crisis climática hizo estragos en el llamado Corredor Seco de Centroamérica, afectando la continuidad de las cosechas y generando hambre y desempleo.-EFE