Ciudadanos de varios países del mundo han atacado y quemado antenas de telefonía celular en los últimos meses ante estudios científicos que indican cómo estas son responsables de la propagación del Covid-19.
Pueblos históricamente cultos en Europa como el británico, irlandés, neerlandés, chipriota, belga, francés e italiano, han tomado la decisión de destruir antenas celulares por temor a que se agudice la pandemia a causa del coronavirus.
En países de Sudamérica como Paraguay, Perú y Bolivia también se han dado acciones similares.
Al ser Honduras un país donde también están instaladas estas aparentemente mortíferas antenas, el equipo periodístico de Cholusat Sur se ha desplazado a las calles para consultar a la población sobre si cree o no en la peligrosidad de estos aparatos.
Un importante porcentaje de los encuestados afirma creer que las antenas de telefonía celular en efecto abonan a que el Covid-19 se esparza.