Bajo una presión cada vez mayor, el presidente boliviano Evo Morales llamó el domingo a nuevas elecciones “incorporando nuevos actores políticos” y un cambio total del órgano electoral, después de que su reclamo de haber ganado un cuarto mandato desencadenó sospechas de fraude y protestas violentas en la nación andina.
El líder indígena hizo el anuncio luego de divulgarse un informe preliminar de la Organización de Estados Americanos que encontró “un montón de irregularidades” en los comicios del 20 octubre y dijo que deberían celebrarse nuevas elecciones.
Morales aseguró que renovaría el Tribunal Supremo Electoral e instó a todos los actores políticos y a sectores de la sociedad a ayudar a estabilizar la nación después de las prolongadas protestas que dejaron al menos tres muertos y centenares de heridos.
“Todos tenemos que pacificar Bolivia”, dijo a los periodistas el gobernante, de 60 años, y en el poder desde 2006.
El exmandatario Carlos Mesa –segundo en la contienda presidencial según los cuestionados cómputos– dijo que Morales no debe volver a postularse tras comprobarse lo que calificó como un “monstruoso fraude”, aludiendo al informe ofrecido por la OEA, en tanto que los opositores continuaron en su exigencia de que el gobernante renuncie al cargo.
Algunos expertos vieron con buenos ojos el anuncio a nuevas elecciones, pero dudan que marque el fin de las protestas antigubernamentales.
Christopher Sabatini, profesor de la Escuela de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Columbia en Nueva York e investigador en Chatham House, expresó a The Associated Press que es un “paso positivo y muestra por qué los observadores internacionales son creíbles”.
“La pregunta ahora es si la oposición aceptará nuevas elecciones convocadas por Evo después de que él ya haya intentado robar las elecciones”, agregó.
Mesa, un historiador de 66 años que renunció a la presidencia en 2005 en medio de un estallido de manifestaciones lideradas por Morales, entonces líder de un sindicato de cocaleros, instó a la Asamblea Legislativa a convocar un “acuerdo nacional” con participación de partidos de la oposición y líderes cívicos para elegir un nuevo juez electoral y definir un cronograma de los futuros comicios. Y llamó a mantener las movilizaciones pacíficas en las calles.
La vicepresidenta de la Unión Europea, Federica Mogherini, dijo en un comunicado posterior que el informe de la OEA confirma varias deficiencias que ponen en duda la integridad de los resultados anunciados y aseguró que el “retorno a la estabilidad en Bolivia requiere de un proceso electoral nuevo y organizado sin demora, que sea creíble y refleje fielmente la voluntad del pueblo”.
Tras al anunció de la OEA, manifestantes salieron a las calles a celebrar en varias ciudades. Una marcha rodeó la plaza Murillo en La Paz, donde está el palacio legislativo y la casa de gobierno, sin resguardo policial en los exteriores desde la víspera cuando la tropa policial se replegó a sus cuarteles.
“Toda la población boliviana sabía que era un fraude, lo que había cometido Evo Morales”, dijo Mario Guzmán, uno de los protestantes.
Manifestantes en Santa Cruz, bastión opositor, anunciaron un viaje en caravana a La Paz para sumarse a la protesta que inició el líder cívico Luis Fernando Camacho, quien se propone entregar una carta de renuncia a Morales el domingo.
Camacho, a quien se tribuye haber unificado la oposición callejera contra el gobierno tras los comicios, señaló ante una concentración en La Paz que “Morales debe renunciar al haber fracturado el orden constitucional”, por el denunciado fraude. También planteó la renuncia de senadores y diputados del partido oficialista parara elegir una “junta transitoria” integrado por “ciudadanos notables” que llamen a elecciones en dos meses con un nuevo tribunal electoral.
Las sospechas de fraude denunciadas por la oposición desataron una convulsión social hace dos semanas, con protestas a favor y en contra del mandatario en todo el país.
La situación se tornó más explosiva desde el viernes con el amotinamiento de la policía en varias regiones del país. El agravamiento del conflicto llevó a Morales a plantear el sábado un diálogo nacional que fue rechazado por la oposición. En tanto, el Papa Francisco instó a los bolivianos, incluidos sus políticos, a esperar con calma el resultado de una revisión electoral disputada y que ha confiado sus oraciones “la situación de la amada Bolivia”.
Poco después de su anuncio y en declaraciones a radio Panamericana, Morales no dijo si declinará participar en los comicios como piden los opositores. “En este momento es secundario, hablar de candidatos. La prioridad en elegir un nuevo tribunal electoral y en qué tiempo se van a hacer las nuevas elecciones”, planteó.
En relación con el informe preliminar de la OEA, Morales dijo: “Entiendo que es preliminar, después emitiremos comentarios sobre el trabajo de la OEA”.
La comisión conformada por 36 expertos señaló que “teniendo en cuenta las proyecciones estadísticas, resulta posible que el candidato Morales haya quedado en primer lugar y el candidato (Carlos) Mesa en segundo. Sin embargo, resulta improbable estadísticamente que Morales haya obtenido el 10% de diferencia para evitar una segunda vuelta”, y recomendó el reinicio del proceso electoral “tan pronto existan nuevas condiciones que den nuevas garantías para su celebración, entre ellas una nueva composición del órgano electoral”.
Tras casi tres lustros en el gobierno, Morales llegó con la popularidad mermada a los comicios para optar por un cuarto mandato. Escándalos de corrupción, su afán de reelegirse a pesar de un referendo que le negó esa posibilidad y acusaciones de autoritarismo, debilitaron su capital político a pesar de su buena gestión económica que condujo al país andino hacia el crecimiento con baja inflación.-AP