Honduras es un narcoestado bastante corrupto», dijo a DW, en Bruselas, el vicecanciller de Honduras, Gerardo Torres Zelaya.
DW: Se afirma en redes sociales que lo mismo que le ha pasado a JOH le va a suceder a muchos otros. ¿De qué estamos hablando? ¿Cuánto por ciento del Estado hondureño está coludido por esta trama de narcotráfico y corrupción?
Gerardo Torres Zelaya: Como hondureños y políticos estamos bastante bien informados de todos los casos presentados en Estados Unidos. Sabemos que Juan Orlando Hernández (JOH) no trabajó solo. No es que él cometió actos delictivos por ser él mismo una mala persona. No puedo decirlo. Lo qué sí puedo decir es que él es parte de una estructura permisiva con sectores criminales. Ahora se le acusa de participación directa, eso tendrá que probarse en su juicio.
No obstante, y sin lugar a dudas, las altas autoridades de su Gobierno fueron muy permisivas durante esos doce años, tiempo en el que se fortalecieron varios carteles de la droga, varias estructuras de crimen organizado, y que el Estado de Honduras sufrió de una amplia y permanente corrupción.
El país pasó de una deuda de 5.000 millones de dólares a una de 20.000 millones de dólares. Esa deuda estaba destinada a reducir una pobreza que no se redujo, a una seguridad que no se fortaleció y a controlar una migración que tampoco se redujo. La conclusión es que ese dinero fue robado a través de actos de corrupción y narcotráfico, en los cuales se vincula a Hernández y a su Gobierno. Con su captura, sabemos que vendrán otras solicitudes de extradición que vinculan a exministros y exdiputados.
«Si está capturado, se va»
¿Existe la posibilidad de que no lo extraditen? ¿Qué pasaría si no lo extraditasen?
Antes que nada, no vamos a negar el peso de la relación de Estados Unidos con Honduras. Recuerde que nosotros en las campañas de 2013 y 2017 íbamos ganando, pero el día de las urnas hubo violencia, fraude, asesinatos. Cuando salimos a exigir derechos, con un gesto de Estados Unidos, se nos cerraron las puertas. Éramos los radicales. Ha habido un cambio en la actitud: no es que Estados Unidos nos ayudara a derrotarlos, solamente no los protegió y llamó a las Fuerzas Armadas a no usar la violencia como lo hizo en 2017 para asfixiar la protesta.
Es decir, si Estados Unidos ha ordenado la extradición de JOH y está capturado, se va. Esto no lo para nadie, tampoco para otros implicados. Por otro lado, la Corte de Justicia actual es heredada del régimen; no podríamos cambiarla hasta el año entrante. Por eso, la presidenta Xiomara Castro ha aprobado que se actúe con celeridad para que el asunto no se diluya.
Quitar a JOH, meterlo preso y que pague por las cosas que hizo es cerrar un capítulo que empezó con el golpe de Estado de 2009, que se generó durante 12 años, y que estamos cerrando.
Vicecanciller de Honduras: «con la captura de Hernández, vendrán más extradiciones»
«Tuvieron que ver a Juan Orlando Hernández esposado para creer lo que les veníamos diciendo: Honduras es un narcoestado bastante corrupto», dijo a DW, en Bruselas, el vicecanciller de Honduras, Gerardo Torres Zelaya.
Diplomacia en Bruselas, y en Washington
Vicecanciller, su visita a Bruselas coincide con el día de la detención del expresidente Juan Orlando Hernández. ¿Por qué está usted en Bruselas y no en Washington?
Estamos apenas en el día 21 de nuestra llegada al Gobierno, todo es muy nuevo. Honduras viene de doce años de un régimen militar, violento, corrupto, vinculado con el narcotráfico. Nosotros venimos de doce años de resistencia, de organización popular, de trabajo de base, de enfrentar a ese régimen. La tercera elección en la que participamos, la del 2021, la ganamos abultadamente. Hemos llegado con un nuevo mandato y un nuevo proyecto político; tenemos la Presidencia, el Congreso y las principales alcaldías.
Parte del nuevo proyecto, en política exterior, es abandonar el atrincheramiento en el que ha vivido Honduras. Mi visita a Estrasburgo y Bruselas es para detectar cómo están nuestras relaciones multilaterales y bilaterales. Sabemos que en el Parlamento Europeo se ha ventilado el caso de los defensores de Guapinol, enjuiciados por la defensa de sus fuentes de agua. Nosotros venimos de la defensa del territorio y nuestra confrontación con el régimen viene de ahí. Cuando vuelva a Honduras, el canciller irá a Washington: hemos decidido no ausentarnos al mismo tiempo.
Echemos la vista atrás y vayamos a los fondos de cooperación de la Unión Europea: en el período 2014-2020, unos 235 millones de euros fueron destinados a Honduras, que cuenta como el único país de América Latina que no ha reducido en nada la pobreza en los últimos decenios y es el segundo más pobre. ¿Han auditado o piensan auditar lo que ha sucedido en realidad con esos fondos? ¿Llegaron realmente?
La presidenta Xiomara Castro ha anunciado ya una auditoría de los últimos años. Vamos a evaluar no solamente a dónde fueron los fondos que nos tienen altamente endeudados, sino a dónde se fueron los fondos de la cooperación. El pueblo europeo —son sus recursos— tiene derecho a saberlo.
Hasta cierto punto, «la UE no quería ver»
En 2014, el presidente Hernández visitó la UE y logró su apoyo para proyectos de infraestructura y también para la Alianza para la prosperidad en el Triángulo Norte. El narcotráfico se veía en ese momento como un factor externo que afectaba a Honduras, no que su Gobierno apoyaba. ¿La Unión Europea no lo vio o no lo quería ver?
Justamente ese es uno de los motivos de esta visita. En estos doce años, no he venido una, sino varias veces a decirle a la UE: el régimen no garantiza que esos recursos lleguen a la gente que más lo necesita. Los usaba no para el clientelismo político, que está mal, sino para la extorsión política, que es jugar con el hambre y la pobreza. Llegaron al colmo de que, en el marco de los huracanes Eta e Iota, separaban a la gente: les daban la asistencia a las personas que estaban en sus listas, a las otras no. En lo que sí invirtió el Gobierno de JOH fue en lobby. Cuando veníamos a exponer lo que estaba pasando en el país, nos respondían que estábamos mintiendo.
Gerardo Torres Zelaya, vicecanciller de Honduras, Bruselas, 17.02.2022
Tuvieron que matar a Berta Cáceres para que aceptaran que en Honduras se asesinaba ambientalistas, cuando llevábamos seis años viendo compañeros asesinados por la defensa de ríos, bosques y montañas. Y es hasta que vieron esposado a JOH que creen lo que veníamos diciendo: Honduras es un narcoestado bastante corrupto. Efectivamente, la UE, hasta un cierto momento, no quería ver. También porque la primera acusación contra JOH era de co-conspirador, no de miembro del cártel.
Luego, cuando se probó que su hermano fue vinculado directamente con órdenes de asesinato e importación de droga, cuando los asesinatos de universitarios por miembros de la Policía, cuando el aumento de la violencia contra las mujeres y los ambientalistas, mucha de la cooperación de los países europeos se enfocó en contrarrestar la situación.
«Vamos a cambiar la situación»
Ustedes apenas han llegado a la presidencia, pero asumen un país con estructuras corroídas y corruptas. ¿Cómo van a hacer para que las instituciones europeas confíen en su proyecto?
A la toma de posesión asistieron más de 700 invitados internacionales de América Latina y Europa; desde el Rey de España, hasta Kamala Harris. Parlamentarios y políticos europeos expresaron su voluntad de colaborar con el Gobierno de Xiomara Castro. Hay voluntad de parte de Europa de cooperar con nuestros objetivos de reducir la migración, la pobreza, de reactivar el agro, incrementar programas sociales, favorecer la inversión para crear empleo y fortalecer el Estado.
Una vez cerrado el largo capítulo Juan Orlando Hernández, lo que viene ahora es la situación crónica que vive la región: pobreza, mucha migración por el corredor seco debido al cambio climático. Es cierto que el narcotráfico está instalado en la región, pero si no tiene amigos en las Fuerzas Armadas ni en los ministerios se va a reducir. Perseguir el delito será peligroso, pero vamos a cambiar la situación…
¿Cómo, vicecanciller, si el narcotráfico está en toda la región?
No siendo co-conspiradores.