Uruguay se retiró este jueves de la 49na Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en protesta por la inclusión de una delegación de la oposición venezolana en el evento regional.
La sorpresiva decisión fue seguida por declaraciones de México, Nicaragua, Bolivia y algunas republicas caribeñas que se opusieron a qué Venezuela sea representada por diplomáticos nombrados por el autoproclamado gobierno interino de Juan Guaidó.
“Si esta asamblea convalida esas credenciales, está por la vía de los hechos reconociendo un nuevo gobierno de Venezuela”, señaló el subsecretario de Relaciones Exteriores de Uruguay, Ariel Bergamino, durante una breve intervención en la primera sesión de la asamblea. Luego abandonó el salón.
Horas después, la cancillería uruguaya emitió un comunicado oficial en el cual señaló que dado que “Venezuela abandonó la OEA el pasado 27 de abril”, el gobierno uruguayo “entendió que la presencia de una delegación supuestamente representante del Gobierno de un país que se ha retirado de la Organización —y que no es reconocido por la mitad de la membresía de la OEA—, carece de toda legitimidad, violenta su normativa jurídica y sienta un gravísimo precedente para el futuro de la Organización, minando seriamente la credibilidad de la Secretaría General”.
Agregó que “más allá de esta situación puntual, Uruguay ha venido llamando la atención en el Consejo Permanente de la OEA, del continuo y progresivo deterioro de la institucionalidad de la Organización, cuya normativa está siendo utilizada en pos de intereses ajenos a los principios y fundamentos establecidos en la Carta de la Organización”.
La delegación de Venezuela es representada por un grupo liderado por Julio Borges, un aliado de Guaidó que ahora se encuentra exiliado en Colombia, que restó importancia a la protesta de Uruguay.
“Ellos saben muy bien que Venezuela está sufriendo una crisis muy grande”, dijo Borges a la AP. “Nosotros tenemos que darle la palabra al pueblo venezolano, sacar a Maduro del poder y lograr la libertad.”
La mayoría de los miembros de la OEA –entre ellos Estados Unidos, Canadá, Colombia, Argentina, Brasil y Perú– reconocen a Guaido como el líder legítimo del país sudamericano.
En abril la OEA aprobó mediante una resolución la participación de delegados de Guaidó en sus sesiones y expulsó a los diplomáticos nombrados por el presidente Nicolás Maduro, quienes ya habían expresado su intención de retirarse del organismo.
Algunos países miembro no estuvieron conformes con incluir a los representantes de Guaidó, incluyendo México, Nicaragua y Bolivia. Estas delegaciones expresaron su descontento y dijeron que no reconocerán las decisiones que tome la asamblea en las que voten los venezolanos.
Los detractores de la nueva delegación venezolana son una minoría en la OEA, y se espera que durante esta asamblea general la entidad regional aborde la crisis política y económica de Venezuela y tome medidas diplomáticas para presionar al gobierno Maduro a aceptar elecciones libres con monitoreo internacional.
La asamblea también revisará un informe sobre la crisis migratoria venezolana y discutirá la situación en Nicaragua, donde cientos de personas han sido encarceladas tras protestas antigubernamentales.-AP