Fue la palabra de él contra la de ella. El elegido del presidente estadounidense para la Corte Suprema reiteró su inocencia en una audiencia en la que dijo, ultrajado, que no retirará su candidatura, tras el estremecedor testimonio de una mujer que lo acusó de intentar violarla en 1982.
Después de una audiencia ante la Comisión Judicial del Senado que se extendió durante todo el día y que fue retransmitida en directo por televisión, el presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró su apoyo a su candidato Brett Kavanaugh.
«El juez Kavanaugh le mostró a Estados Unidos exactamente por qué yo lo nominé. Su testimonio fue potente, honesto y cautivador», dijo Trump en Twitter, dando carpetazo a las expectativas que generó el miércoles al decir que podría «cambiar de opinión» y retirar a su candidato.
La primera en testificar fue la académica experta en psicología Christine Blasey Ford, cuando aseguró que Kavanaugh intentó violarla en una fiesta de estudiantes.
«Yo creí que me iba a violar», dijo enumerando los detalles de aquella noche en una declaración ya preparada y leída con silencios intercalados, mientras luchaba contra las lágrimas.
Ante la pregunta de cuán segura estaba de quién había sido su agresor, se expresó con confianza: «De la misma forma que estoy segura de que estoy hablando con usted ahora».
Están «indeleblemente en el hipocampo la risa, las ruidosas risas de ellos dos, divirtiéndose a mi costa», dijo Blasey Ford en uno de los momentos clave de la audiencia, en el que reiteró que estaba «segura al 100%» de que fue Kavanaugh quien la agredió.
La académica experta en trauma compareció ante la comisión luciendo un traje azul marino y lentes ópticos que permitían ver sus ojos, que traslucían un nerviosismo en aumento a medida que avanzaba el interrogatorio.
Después fue el turno de réplica de Kavanaugh, que cerró su testimonio jurando «por Dios» que había dicho toda la verdad, tras una audiencia de horas en la que afirmó su inocencia.
«Yo no voy a dejarme intimidar y renunciar a este proceso», dijo.
«Mi familia y mi nombre han sido destruidos de una forma total y permanente por estas acusaciones falsas y despiadadas», dijo el juez conservador en un testimonio lleno de estertores para intentar atajar el llanto.
En la audiencia dijo además que el proceso de confirmación se había convertido en una «vergüenza nacional».
– «Podía matarme accidentalmente» –
Entre las grandes expectativas del día estaba ver el rostro de Blasey Ford, de quien sólo se conocían fotos antiguas.
La estremecedora comparecencia fue transmitida en directo por televisión y hasta el presidente estadounidense siguió el testimonio Blasey Ford desde el Air Force One, según la portavoz de Trump, Sarah Sanders.
Hace dos semanas, Kavanaugh parecía encaminado a obtener el visto bueno del Senado para entrar en la Corte Suprema, una jurisdicción que dirime cuestiones fundamentales de la sociedad, como el derecho al aborto, a portar armas de fuego y los derechos de las minorías.
Para Trump, colocar a un juez conservador en un cargo vitalicio en la alta corte sellaría su objetivo de dejar en minoría a los jueces progresistas o moderados durante años.
«Para mí era difícil respirar y pensé que Brett podía matarme accidentalmente», contó la académica, que dice que los recuerdos de las risas de sus agresores la han «atormentado por momentos» en su vida adulta.
La actriz Alyssa Milano, una de las estrellas de Hollywood que denunció abusos que destaparon el movimiento #MeToo, viajó hasta Washington para sumarse a las manifestaciones de apoyo para la académica.
Quise venir «para mostrar mi apoyo a la doctora Ford, para expresar mi solidaridad con otras mujeres, otras supervivientes que han vivido experiencias similares», dijo la actriz a la AFP.
Pero fuera del Capitolio los partidarios de Kavanaugh también acudieron para expresar su apoyo al juez.
– «Esto es el infierno» –
El senador demócrata Richard Blumenthal le dijo a Blasey Ford que consideraba que su testimonio era «potente y creíble». «Yo le creo», afirmó.
Por el banco republicano, el senador Lindsey Graham, defendió a Kavanaugh.
«Esto no es una entrevista de trabajo. Esto es el infierno», afirmó. «Les digo a mis correligionarios republicanos, si ustedes votan no, van a estar legitimando la cosa más despreciable que he visto en toda mi vida en la política», agregó.
Desde que Blasey Ford salió a la luz con su testimonio, otras dos mujeres la siguieron.
Deborah Ramirez, una compañera de Kavanaugh en la Universidad de Yale, lo acusa de haberle frotado los genitales en la cara, y Julie Swetnick dijo que vio al juez beber excesivamente en las fiestas y lanzarse en conductas de abuso, «incluyendo tocamientos».-AFP