El presidente Donald Trump anunció el sábado que su jefe de despacho John Kelly dejará el cargo a fines de año.
Trump no especificó quién reemplazará a Kelly, un retirado general de la Infantería de Marina que está en el cargo desde julio del 2017, pero aseguró que el anuncio se dará en los próximos dos días.
El presidente hizo el anuncio al hablar con reporteros en la Casa Blanca antes de partir hacia Filadelfia para asistir al tradicional juego de fútbol americano entre los equipos del Ejército y la Marina.
Calificó a Kelly de “un hombre estupendo”.
El anuncio surge en momentos en que se están anunciando diversos cambios en el gobierno, cuando Trump enfrenta el desafío de iniciar su campaña por la reelección y la posibilidad de mayores investigaciones ahora que los demócratas han conquistado el control de la Cámara de Representantes.
El día anterior Trump había mencionado a la persona que quería como su nuevo secretario de justicia y su nueva embajadora ante la ONU. Además, dos de sus asesores renunciaron para ayudar en la campaña por la reelección.
A Kelly se le atribuye imponer algo de orden en medio del caos en que se había convertido el despacho presidencial para cuando llegó en junio del 2017, apartándose de su cargo anterior de secretario de seguridad nacional. Pero su carácter inflexible le cayó mal a algunos aliados de Trump y con el tiempo terminó prácticamente aislado y con un cargo disminuido.
Kelly es apodado “El Jefe” o “El General” en la Casa Blanca. Trump lo nombró jefe de despacho vía Twitter para tratar de poner orden en una Casa Blanca infectada de pugnas internas y rivalidades.
“John Kelly se estará yendo. No sé si puedo decir que se jubilará, pero es un tipo estupendo”, dijo Trump a reporteros el sábado. “John Kelly se irá a fines de año. Ya anunciaremos quién lo reemplazará, quizás sea alguien interino. Lo anunciaré en el próximo par de días, pero John se irá a fines de año… aprecio mucho su servicio”.
Kelly tuvo algunos éxitos al comienzo, poniendo a fin a una política de puertas abiertas en la Oficina Oval que degeneró en la frecuente aglomeración de multitudes desordenadas en el despacho presidencial. Hizo respetar un sistema de jerarquía para impedir que cualquiera pueda ir directamente a hablarle a Trump.
Pero estas gestiones terminaron irritando al presidente y a sus asesores más cercanos, que se habían acostumbrado a un estilo más informal.-AP