El presidente Donald Trump urgió el sábado al Senado, dirigido por los republicanos, a considerar “sin demora” su próximo nominado para ocupar el puesto en la Corte Suprema que quedó vacante por el fallecimiento de la ministra Ruth Bader Ginsburg, apenas seis semanas antes de las elecciones.
“Nos pusieron en esta posición de poder e importancia para tomar decisiones para el pueblo que tan orgullosamente nos eligió”, tuiteó Trump, “la más importante de las cuales ha sido considerada por mucho tiempo como la selección de los miembros de la Corte Suprema de Estados Unidos. Tenemos esta obligación, ¡sin demora!”.
El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, prometió el viernes por la noche, horas después del deceso de Ginsburg, llamar a votar por quien sea que Trump nomine. El candidato presidencial demócrata Joe Biden dijo en cambio que cualquier votación debería venir después de las elecciones del 3 de noviembre. “Los votantes deben elegir al presidente y el presidente debe elegir al magistrado que será sometido a consideración del Senado”, opinó Biden. El candidato demócrata habló con la prensa después de regresar a Wilmington, Delaware, procedente de Minnesota, donde hizo escalas de campaña.
La ministra Gingsburg, una gigantesca defensora de los derechos de las mujeres, falleció el viernes en su casa en Washington a los 87 años. Ginsburg murió de complicaciones de un cáncer de páncreas, informó el máximo tribunal estadounidense.
Ginsburg anunció en julio que le harían quimioterapia debido a lesiones en su hígado, una de varias batallas contra el cáncer.
La ministra fue en sus últimos años la líder indiscutible del ala liberal de la corte y se había convertido en una especie de estrella para sus admiradores. Las mujeres jóvenes en especial parecían venerar a la abuela judía de la corte por su defensa de los derechos femeninos y de las minorías, y por la fortaleza y resistencia que mostraba frente a las pérdidas personales y las crisis de salud.
Sus problemas de salud incluyeron cinco peleas contra el cáncer que dieron inicio en 1999, caídas que resultaron en costillas rotas, la inserción de un stent para desbloquearle una arteria y varias hospitalizaciones después de que cumpliera 75 años.
Ginsburg se resistió a los llamados de los liberales de que se retirara durante la presidencia de Barack Obama en una época en la que los demócratas controlaban el Senado y era factible que se nombrar un sustituto con puntos de vista similares. Ahora, es casi seguro que Trump buscará que el sucesor de Ginsburg sea ratificado por el Senado bajo control republicano para hacer que la corte conservadora se incline aún más a la derecha.-AP