El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este lunes que él habría tenido el coraje de entrar incluso sin armas en la escuela de Florida para impedir la masacre que causó 17 muertos y que impulsó a los estudiantes a pronunciarse para limitar el acceso a las armas de fuego.
«Pienso que yo habría corrido e ingresado [a la escuela] aun sin tener un arma, y creo que la mayoría de ustedes habría hecho lo mismo», dijo el mandatario durante una reunión con los gobernadores de los 50 estados federales en la Casa Blanca.
«Lo que quiso decir es que él sería un líder, y habría querido tomar una acción valiente», insistió su portavoz Sarah Sanders.
La declaración de Trump apunta a un policía armado que el día de la masacre supuestamente se apostó en el exterior de la escuela en Parkland, sin ingresar ni tratar de detener al joven Nikolas Cruz en el ataque que dejó 17 muertos, en su mayoría adolescentes.
«El desempeño ha sido francamente una vergüenza», dijo el presidente.
Los agentes que podían haber tratado de interceptar el ataque a la escuela «no son exactamente personas a ser condecoradas por la medalla de honra. Ha sido una cosa asquerosa», añadió.
El oficial señalado, Scot Peterson, se defendió de estas «críticas infundadas» y «ataques a su persona», publicando a través de su abogado un detalle de todas las acciones que emprendió en ese momento.
«Las acusaciones de que Peterson era un cobarde y que su actuación, en estas circunstancias, no estuvieron a la altura de los oficiales de policía son evidentemente falsas», dijo el abogado del expolicía, Joseph DiRuzzo, en un comunicado.
En el debate que se siguió con los gobernadores, el responsable por el estado de Washington (noroeste), el demócrata Jay Inslee, sugirió a Trump que podría ser beneficioso «un poco menos de Twitter y escuchar más», especialmente las objeciones a la idea del presidente de entrenar y armar a algunos maestros, una propuesta rechazada por defensores de un mayor control a la venta de armas.
La semana pasada, Trump también se pronunció a favor de medidas como mejorar los controles de antecedentes, aumentar la edad legal para comprar armas y prohibir los «bump stocks», unos dispositivos que transforman fusiles semiautomáticos en metrallas. Este aparato fue utilizado el año pasado para masacrar a 58 personas en Las Vegas.
«Acabaremos con los ‘bump stocks’. Los acabaré yo mismo y no me importa si el Congreso lo hace o no», insistió Trump ante los gobernadores.
Estas declaraciones marcan una divergencia notable con las propuestas de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby de las armas que pagó 30 millones de dólares a la campaña presidencial del magnate.
– ‘Gran fan de la NRA’ –
Pero el presidente se apresuró a afirmar sus vínculos con la NRA explicando que el fin de semana pasado había comido con su dirigente Wayne LaPierre.
«No hay mayor fan de la segunda enmienda (que garantiza a los estadounidenses el derecho a poseer armas) y de la NRA que yo. Son geniales», afirmó. «No os preocupéis, están de nuestro lado», añadió.
Tras la matanza de Florida, tanto en una parte como en otra del escenario político estadounidense, así como en la sociedad civil, se han alzado voces que piden una reglamentación más estricta de las ventas de armas. Una gran manifestación ha sido convocada para el 24 de marzo en Washington con el objetivo de pedir un control más estricto y meter presión a los responsables políticos estadounidenses.
Los líderes republicanos del Congreso Paul Ryan y Mitch McConnell no se han pronunciado todavía sobre el tema, pero según una encuesta reciente de la CNN, el 70% de los estadounidenses está a favor de un endurecimiento de la legislación.
Sanders mencionó una reunión prevista para el miércoles entre Trump y los legisladores demócratas y republicanos para discutir el tema.
En Parkland, los profesores y el personal de la escuela de secundaria Marjory Stoneman Douglas regresaban este lunes a las aulas con el fin de preparar el regreso de los alumnos el miércoles.
También este lunes, decenas de maestros y estudiantes se manifestaron en la capital de Florida, Tallahassee, para aumentar la presión a los legisladores estadales cuando discutían por primera vez un proyecto de ley que aumenta los controles sobre la venta de armas.
«No es sólo esta semana, no es sólo este mes. Será el mes próximo y el siguiente. Se trata de continuar presionando a nuestros políticos», dijo Justin Laumann, un estudiante del condado de West Palm Beach, al canal local CBS al abordar el autobús a la capital la madrugada del lunes.-AFP