La rabia crece en Minneapolis en la tercera noche de protestas tras la muerte de un hombre negro a manos de la Policía. Los manifestantes han incendiado la noche del jueves una comisaría de policía y el gobernador ha movilizado a 500 efectivos de la Guardia Nacional, cuyo principal cometido es escoltar al cuerpo de bomberos para que puedan acceder a los edificios en llamas y extinguir los incendios.
Miles de personas han presenciado el incendio de la comisaría en la zona norte de la ciudad después de que algunos manifestantes derribaran las barreras que protegían el edificio y rompieran las ventanas. Los agentes de la comisaría fueron evacuados antes del incendio, según las autoridades. «Poco después de las 22.00 h (5.00 h, hora española), en interés de la seguridad de nuestro personal, la policía de Minneapolis ha evacuado la comisaría de policía», informa el cuerpo en un comunicado de prensa.
Las auttoridades han decidido enviar refuerzos a Minneapolis para contener la violencia después de dos días de enfrentamientos entre la policía y manifestantes. La muerte el lunes de George Floyd ha generado una oleada de indignación tras una serie de muertes en la comunidad afroamericana en intervenciones policiales.
Pero tras los saqueos y la quema de tiendas en la noche del miércoles, los funcionarios estatales han advertido que no tolerarían más desmanes, al tiempo que han asegurado que se está investigando el caso.
El gobernador del estado de Minnesota ha firmado un decreto para autorizar la intervención de la Guardia Nacional y 500 efectivos se encuentran ya sobre el terreno.
«La muerte de George Floyd debe generar justicia y reformas fundamentales, no más muertes y destrucción», ha pedido el gobernador Tim Walz en un comunicado, mientras la violencia de las protestas no hacía sino crecer.