Un argumento uniforma a miembros de los partidos políticos que conforman el tripartidismo (Nacionalistas, Liberales y Libres) cuando se trata de pretender desmarcarse de serios señalamientos criminales, “SOY INOCENTE”.
Mario Zelaya, principal implicado en el escandaloso desfalco al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), en diversas ocasiones tuvo la osadía de asegurar con contundencia que era inocente de las serias acusaciones en su contra.
Marco Bográn, director de Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) cuando se autorizó la compra de los desastrosos hospitales móviles, también ha sostenido en múltiples veces que no es responsable de lo que se le acusa y que lo comprobará ante las instancias competentes.
A esta lista se suma un nuevo integrante, Óscar Rivera, comisionado del Registro Nacional de las Personas (RNP) inmiscuido en el escándalo de extorsiones y coimas en la asignación de plazas que salpica tanto al registro, como también al Partido Libertad y Refundación (Libre).
“SOMOS INOCENTES”, predican al unísono todos los involucrados en actos que riñen con la ley al verse acorralados por sus propias acciones, lo cierto es que esta proposición se debilita cada vez más al ser utilizada constantemente por personas que debido a su accionar carecen de credibilidad.