El más reciente estudio elaborado por el Grupo del Banco Mundial, Doing Business 2016, ha calificado a Honduras como una de las 80 naciones con peor clima de inversión en el mundo.
El informe que evaluó a los países en temas de inversión, crecimiento de la empresa privada, ambiente de negocios, comercio transfronterizo, construcción, estabilidad energética entre otros aspectos de desarrollo económico, ubica a Honduras en el puesto número 110 de 189 países.
Doing Business analiza la transparencia en la emisión de permisos de construcción dentro de los países y en ese sentido, Honduras fue señalado como uno de los 16 países en donde las regulaciones para realizar construcciones deben de ser pagadas, es decir, no existe acceso gratuito a ellas.
Según el estudio, la falta de gratuidad de dichas regulaciones, fomenta la corrupción y falta de transparencia en Honduras, debido a que esto evita que las reglas sean claras y limita el acceso que en el país se tiene a las normas de construcción.
En temas energéticos, Honduras es uno de los países con menor estabilidad en sus servicios de energía eléctrica. Se pudo determinar que durante más de 257 horas el fluido eléctrico estuvo cortado, un poco más de diez días. El vecino país de Guatemala registro solo 4 horas de interrupciones.
El acceso a energía para un inversionista solicitando 140-kVA, implica tener que dejar 126,894 lempiras de depósito, mismo que solo sería devuelto al final del contrato. Según Doing Business, estas regulaciones son contraproducentes para quienes pudieron haber utilizado el dinero del depósito para realizar otras inversiones.
En el informe se cuestiona la falta de un sistema de medición preciso que pueda determinar exactamente cuál es la duración de los cortes en la energía eléctrica en Honduras, reflejando el desinterés por parte de las autoridades en realizar las supervisiones.
La implementación de un nuevo sistema tributario, fue otra medida que Doing Business calificó como errónea. Las complicaciones presentadas al momento de pagar impuestos e introducción de un impuesto alternativo mínimo representaron otro paso hacia atrás en las políticas económicas de Honduras.