El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió este lunes una primera andanada de sanciones económicas de Estados Unidos y el rechazo internacional tras su cuestionada reelección en comicios desconocidos por la oposición.
El gobernante de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que prohíbe a los ciudadanos de su país comprar obligaciones de deuda venezolana, incluida de la estatal PDVSA, en momentos en que el país petrolero está asfixiado por una profunda crisis económica.
Washington, que tilda de «dictador» a Maduro, había prometido más temprano «rápidas medidas económicas y diplomáticas», tras tildar de «farsa» la votación del domingo.
«Estas medidas van a estrangular a la economía venezolana y en particular al régimen», aseguró el internacionalista Carlos Romero.
Para el politólogo Luis Salamanca, el «círculo se está estrechando».
El Grupo de Lima (Canadá y 13 países latinoamericanos) llamó a consultas a sus embajadores en Caracas, acordó «reducir el nivel de las relaciones diplomáticas» y actuar para bloquear fondos internacionales a Venezuela.
«No nos importa lo que opinen», dijo el jefe de campaña de Maduro, Jorge Rodríguez, al denunciar una «agresión orquestada por Estados Unidos» y la «derecha venezolana» para desestabilizar al presidente.
«A esos gobiernos (…) les invitamos reflexionar y a recomponer relaciones de respeto mutuo», escribió en Twitter el canciller Jorge Arreaza.
Ese bloque, Estados Unidos y la Unión Europea habían adelantado que desconocerían los resultados apoyando a la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que boicoteó los comicios por considerarlos fraudulentos.
En contraste, el presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó a Maduro, sumándose a sus aliados Bolivia, Cuba, China y El Salvador, que pidieron respetar los resultados.
Maduro, de 55 años, tuvo 68% de sufragios contra 21% del exchavista Henri Falcón, quien consideró el proceso «ilegítimo» y pidió repetir la votación, acusando al gobierno de «compra de votos» y «chantaje» con los programas sociales.
«Los escenarios están cantados: tensión política, radicalización, represión, desconocimiento internacional masivo, agudización de las sanciones y clímax de la crisis económica», apuntó el analista Luis Vicente León.
– «No me alcanza para nada» –
Venezuela sufre la peor crisis de su historia reciente: el FMI estima la caída del PIB en 15% y la hiperinflación en 13.800% para 2018. Su producción de crudo cayó al peor nivel en 30 años.
La abstención alcanzó un récord de 54%, y Maduro, reelegido por seis años, perdió poco más de un millón de votos frente a su elección en 2013.
Los venezolanos soportan la falta de comida y medicinas, el alto costo de vida con un ingreso mínimo que solo da para medio kilo de carne, y el éxodo de cientos de miles.
«Mi pensión de vejez no me alcanza para nada. Espero que el gobierno mejore la economía», dijo este lunes a AFP Miguel Medina, de 61 años, en una estación del metro de Caracas.
Maduro atribuye la debacle a una «guerra económica de la derecha» aliada con Washington, que ha sancionado a unos 60 jerarcas venezolanos.
Estados Unidos, al que Venezuela vende un tercio de su producción de crudo, ya había prohibido a los estadounidenses negociar deuda del país sudamericano, en default parcial, y amenaza con un embargo petrolero.
«Me dedicaré por entero a la recuperación de la economía», prometió Maduro, al proclamar su victoria.
Maduro confía en China y Rusia, pero un «gobierno, considerado ilegítimo, no tendrá capacidad de maniobra ni en finanzas internacionales ni en diplomacia», advirtió el analista Andrés Cañizalez.
– «No vamos a caer» –
Tras la votación, Maduro convocó a un «diálogo», pero el Frente Amplio, que reúne a la MUD y a organizaciones sociales, lo descartaron.
«No vamos a caer en estrategias dilatorias que pretenden mantener como un hecho aceptado el fraude de ayer», señaló Omar Barboza, presidente del Parlamento de mayoría opositora.
Pero la oposición, que exige unas «verdaderas elecciones» este año, está profundamente dividida. Falcón se apartó de la MUD para lanzar su candidatura y no logró quitarse el estigma de «traidor», que también le cargan del lado del chavismo.
«Falcón no logró ni ganarle a Maduro ni a la MUD. Vendrán las recriminaciones mutuas, los intentos por capitalizar la abstención», aseguró Salamanca.
Para los expertos, el desafío de la oposición es reunificarse en torno a «una estrategia» que quiebre al chavismo, en el poder desde hace casi dos décadas.
Una «implosión» representa el «mayor riesgo» de Maduro -quien cuenta con el respaldo de la cúpula militar-, si cada vez más funcionarios se sienten acorralados por las sanciones, opinó León.
El analista Benigno Alarcón consideró que, cercado, el gobierno podría radicalizar su sistema político. Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit (Londres), no descarta nuevas protestas.-AFP