Los enfermos graves y los pacientes en residencias tendrán prioridad para hacerse el test de COVID-19 en el Reino Unido, ante la falta de capacidad para realizar pruebas a toda la población con síntomas, dijo este martes el ministro británico de Sanidad, Matt Hancock.
En una intervención en el Parlamento, Hancock aseguró que el Gobierno conservador resolverá «en semanas» los problemas surgidos con el sistema de test y rastreo de contagios para la contención del virus, tras registrarse un aumento de la demanda de pruebas con el retorno a las escuelas después del verano.
Admitió que hay dificultades «operativas», sobre todo en cuando a la capacidad de procesamiento en laboratorio, y avisó de que, hasta que pueda ajustarse la oferta con la demanda, se hará una lista de grupos «prioritarios» para ser testados.
«La principal prioridad son los cuidados intensivos y lo siguiente es el sector de atención social, donde estamos enviando más de 100.000 test diarios porque ya hemos visto los riesgos que el coronavirus plantea en las residencias», afirmó.
Presionado por la oposición, que le acusa de falta de planificación, Hancock sostuvo que la mayor demanda de pruebas diagnósticas se debe en parte a que las piden personas que «no cumplen los requisitos», que son tener síntomas claros de la enfermedad.
Decenas de ciudadanos con síntomas, entre ellos trabajadores de sectores claves como profesores, se han quejado en los últimos días de que no pueden obtener una cita para realizarse un test o que el centro más cercano está a cientos de kilómetros de distancia.
El director ejecutivo de NHS Provider (gestor de hospitales públicos), Chris Hopson, lamentó hoy que la ineficacia del sistema está obligando a muchos trabajadores sanitarios «a quedarse en casa en cuarentena» tanto si presuntamente sufren ellos síntomas como si los presentan sus familiares.
Según los últimos datos oficiales, aunque el Estado tiene actualmente capacidad para realizar 350.000 pruebas diagnósticas diarias, los laboratorios procesan unas 220.000 al día, mientras que el objetivo del Gobierno es llegar a 500.000 test diarios a finales de octubre.
El sistema de detección y rastreo de contagios es fundamental en la estrategia del Ejecutivo del primer ministro británico, Boris Johnson, para este invierno, ya que contener el virus permitiría mantener abiertos los colegios y parte de la economía. EFE