Tegucigalpa, (ACAN-EFE).- La violencia recrudeció en Honduras en los últimos cuatro días con los asesinatos de 27 personas en cuatro hechos, crímenes condenados hoy por la iglesia Católica y el presidente, Juan Orlando Hernández, quien aseguró que no quedarán impunes.
En las últimas horas, cinco jóvenes fueron asesinados en el occidente de Honduras por desconocidos armados que se cubrieron los rostros con pasamontañas.
La masacre se produjo la pasada medianoche en la comunidad de El Encino, departamento occidental de Copán, fronterizo con Guatemala, donde las víctimas departían dentro de un negocio, dijo a periodistas el portavoz de la Secretaría de Seguridad, Leonel Sauceda.
Los fallecidos fueron identificados como Agustín García (de 27 años), Rony Martínez (21), José Cevallos (19), Wilfredo Ramírez (19) y Catalino García (18).
Sauceda agregó que, además, una persona resultó herida, identificada por las autoridades como Olvin Hernández, de 18 años, quien fue ingresado en un hospital estatal de la zona donde recibe asistencia médica, sin que se hiciera pública la gravedad de sus lesiones.
Esta es la cuarta masacre de la semana en Honduras, donde la violencia deja un promedio diario de catorce homicidios, según cifras oficiales.
Supuestos pandilleros asesinaron el pasado día 24 a ocho empleados del transporte público en una estación de autobuses en la ciudad de Choloma (norte), al parecer, por negarse a pagar extorsiones.
Un día después, seis hombres y una mujer, que fueron sacados por la fuerza de sus viviendas en Tegucigalpa, fueron asesinados por supuestos pandilleros.
En tanto, un hombre y cinco de sus hijos fueron asesinados el sábado a tiros por desconocidos que entraron a la fuerza en su vivienda en la aldea de Barrancos, del municipio de Nueva Frontera, departamento de Santa Bárbara (occidente).
Los fallecidos el sábado fueron identificados como Joaquín Larios Guerra (57), esposo de María Luisa, y sus hijos Yendis (20), Omar (19), Yamileth (12), Joaquín (10) y Enedilio (5) Larios Urrea.
Mientras, la madre de los cinco jóvenes asesinados, identificada como María Luisa Urrea, de 56 años, y quien resultó herida en el ataque junro a su hijo Jervin Larios Urrea, murió la medianoche del sábado.
El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, condenó hoy los masacres y aseguró que esos crímenes no quedarán impunes porque los responsables serán capturados.
“Honduras ya no es la misma de años atrás y bajo ningún punto se permitirá que estos hechos queden impunes”, indicó Hernández en París, según un comunicado de la Casa Presidencial difundido este domingo en Tegucigalpa.
El gobernante enfatizó que los responsables de esas masacres serán capturados, ya que las “capacidades del Estado son muy efectivas”.
Destacó que Honduras ha avanzado en la lucha contra la violencia, pero reconoció que “falta mucho por hacer (y) la lucha contra la inseguridad y la impunidad no se detendrá”.
Hernández señaló que el pueblo hondureño debe entender que “es fundamental seguir en la ruta de recuperar la paz, la tranquilidad del país, a pesar de la reacciones de estos grupos delincuenciales”.
La tasa de homicidios se redujo en 28 puntos, al pasar de 88 en 2014 a 60 por cada 100.000 habitantes este año, según la fuente oficial.
Sin embargo, la iglesia Católica de Honduras lamentó este domingo que la seguridad en el país centroamericano “se ha derrumbado” y condenó la muerte de las 27 personas.
En Honduras, “hoy la seguridad se ha derrumbado, hemos visto derrumbarse también los poderes financieros”, indicó el sacerdote Juan Carlos Martínez en la misa dominical oficiada en la catedral de Tegucigalpa.
“Creíamos que con nuestra ciencia y nuestra tecnología al servicio de la seguridad, habíamos construido un mundo seguro, pero no ha sido así”, subrayó el religioso.
El sacerdote hondureño condenó también los ataques en Malí, Siria, Nigeria, Irak y París, y aseguró que “todo esto nos hace percibir una oscuridad de incertidumbre en el horizonte de nuestro mundo”.
Para Omar Rivera, coordinador de la ONG Alianza por la Paz y la Justicia (APJ), las muertes violentas en Honduras solo podrán detenerse a través del combate a la impunidad.
“Lo que motiva a los violentos a actuar con desenfreno es saber que en Honduras solo el 4 % de los homicidios llegan a juicio y reciben sentencia condenatoria (…) con 96 % de impunidad”, subrayó Rivera en un mensaje a través de las redes sociales.
La violencia causada por la crimen organizado, el narcotráfico y las pandillas es uno de los principales problema que azota al país centroamericano.