El secretario de Estado Mike Pompeo dijo el domingo que los talibanes “se extralimitaron” con su ataque con coche bomba en un área diplomática cerca de la embajada de Estados Unidos en Kabul, matando a un soldado estadounidense, y que eso llevó al presidente Donald Trump a retirarse de las conversaciones de paz sobre Afganistán en Camp David.
Pompeo dijo que ahora le correspondía a los talibanes “cambiar su comportamiento”. El principal diplomático de Estados Unidos no dijo si se reanudarán las conversaciones de paz o cuándo, pero indicó que espera que los insurgentes “vuelvan a comprometerse con las cosas de las que les hemos estado hablando durante meses”.
Trump tuiteó el sábado por la noche que cancelaría una reunión secreta, planeada para el domingo en el lugar de retiro presidencial en Maryland, con líderes talibanes y afganos, y suspendió las conversaciones con el grupo insurgente. Citó el ataque del jueves.
Pompeo, quien fue entrevistado en cinco programas de noticias del domingo, dijo que Estados Unidos y los talibanes estaban cerca de llegar a un acuerdo.
“Y luego los talibanes no cumplieron con una serie de compromisos que habían hecho, y cuando eso sucedió, el presidente Trump dijo: ’No voy a aceptar ese trato. No voy a trabajar con alguien que no pueda cumplir sus compromisos”.
Pompeo reconoció que el ataque no fue el primero durante el período en que se mantuvieron las conversaciones de paz. También dijo que Estados Unidos ha estado atacando a los talibanes durante este período.
Los talibanes dijeron el domingo que la decisión abrupta de Trump de cancelar la reunión con los líderes del grupo en un acuerdo “finalizado” para poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos “dañaría la credibilidad” de Washington pero creen que el gobierno volverá a las conversaciones.
La medida de Trump desconcertó a los observadores, quienes señalaron que tanto los talibanes como las fuerzas estadounidenses y afganas han aumentado los combates en los últimos meses para fortalecer su posición en las conversaciones. Los civiles han sufrido más que nadie en lo que fue la guerra más mortal del mundo en 2018.
Más de 2.400 efectivos estadounidenses han perdido la vida desde que Estados Unidos invadió Afganistán para perseguir al Talibán, que albergaba a los dirigentes de Al Qaeda responsables de los atentados.
La cancelación de las conversaciones también contraviene el compromiso de Trump de retirar a los entre 13.000 y 14.000 efectivos estadounidenses que siguen en Afganistán y poner fin a la participación de Estados Unidos en un conflicto que ya dura casi 18 años.-AP