Tegucigalpa – “Nos debería dar vergüenza, pasa un gobierno tras otro y la misma historia de corrupción”, cuestionó el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, durante la homilía correspondiente al XXV domingo del tiempo ordinario, celebrada en la Basílica Menos de Suyapa, en la que se refirió a la parábola de los jornaleros.
-Cuestionó que es doloroso ver cómo muchos están muriendo por la pandemia del coronavirus y hay quienes creen que son inmunes o que están vacunados.
“Ojalá que ahora que están tantos agitándose por esas elecciones internas, como si esa es la meta de la vida, puedan pensar, mis pensamientos, son como los pensamientos de Dios, mis pensamientos están dirigidos a hacer el bien y a buscar a Dios mientras se puede buscar o estoy sirviendo a los ídolos del poder a toda costa, aunque sea mintiendo, engañando, haciendo maniobras bajo la mesa”, increpó el purpurado.
Apuntó que quien tiene una verdadera vocación política, debe actuar por el bien común, por el bien de todo su pueblo y no para buscar simplemente lo mismo de siempre y repetir esa historia de la cual “nos debería dar vergüenza, pasa un gobierno tras otro y la misma historia de corrupción”.
Refiriéndose a la parábola, reseñó que el reino de los cielos puede compararse al amo de una finca que salió una mañana temprano a contratar jornaleros para su viña. Convino con los jornaleros en pagarles el salario correspondiente a una jornada de trabajo, y los envió a la viña.
Hacia las 9:00 de la mañana salió de nuevo y vio a otros jornaleros que estaban en la plaza sin hacer nada y les dijo: “Id también vosotros a la viña. Os pagaré lo que sea justo” y ellos fueron.
Volvió a salir hacia el mediodía, y otra vez a las 3:00 de la tarde, e hizo lo mismo. Finalmente, sobre las 5:00 de la tarde, volvió a la plaza y encontró otro grupo de desocupados. Les preguntó: “¿Por qué estáis aquí todo el día sin hacer nada?”. Le contestaron: “Porque nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Pues id también vosotros a la viña”.
Al anochecer, el amo de la viña ordenó a su capataz: “Llama a los jornaleros y págales su salario, empezando por los últimos hasta los primeros”.
Se presentaron, pues, los que habían comenzado a trabajar sobre las 5:00 de la tarde y cada uno recibió el salario correspondiente a una jornada completa. Entonces los que habían estado trabajando desde la mañana pensaron que recibirían más; pero, cuando llegó su turno, recibieron el mismo salario.
Así que, al recibirlo, se pusieron a murmurar contra el amo diciendo: “A estos que sólo han trabajado una hora, les pagas lo mismo que a nosotros, que hemos trabajado toda la jornada soportando el calor del día”. Pero el amo contestó a uno de ellos: “Amigo, no te trato injustamente. ¿No convinimos en que trabajarías por esa cantidad?, pues tómala y vete. Si yo quiero pagar a este que llegó a última hora lo mismo que a ti, ¿no puedo hacer con lo mío lo que quiera? ¿O es que mi generosidad va a provocar tu envidia?”.
Así, los que ahora son últimos serán los primeros, y los que ahora son primeros serán los últimos, reflexionó el cardenal Rodríguez.
“Nadie es más que nadie, a no ser el más pequeño, el excluido del sistema; Dios no se dedica a tomar nota de nuestros pecados o de nuestros méritos, simplemente nos ama y nos acepta y nos llama”, recalcó el prelado quien recriminó que muchas veces se hace caricatura de Dios.
Refirió que probablemente la parábola de los jornaleros, respondía a las críticas porque el dueño de la viña estaba cerca de los pecadores, esos son los obreros de la última hora; Jesús no anda haciendo diferencias entre justos y pecadores y que por ello se sientan ofendidos los justos, tratan de explicar su comportamiento reenviándoles a la misericordia del Padre; todos somos amados por Él, nadie está excluido del amor de Dios.
Esa es una respuesta de Jesús a la murmuración que destruye al prójimo. Los pensamientos de Dios, no son como los pensamientos de los hombres y más todavía, busquen a Dios mientras se puede encontrar, busquémoslo en nuestra vida.
“Los que hemos tenido la dicha de ser llamados en la primera hora, démosle gracias al Señor, pero pidamos también por aquellos que aún hoy no han sido llamados y Cristo está dispuesto a recibirlos en la viña para que puedan trabajar, para que puedan servir, para que puedan amar; con esta parábola el evangelio pretende saltar por los aires la imagen de un Dios que reparte favores, según el grado de respuesta de cada uno de nosotros; soy bueno por eso Dios me tiene que premiar; nadie es bueno delante de Dios, solo Dios es bueno”, señaló el purpurado.
Advirtió que si nosotros actuamos así como actuaban los fariseos que pensaban que se iban a salvar porque eran fieles a todos aquellos preceptos de la Ley de Moisés, estamos equivocados, la salvación viene de Dios, no viene de nosotros y la salvación viene por amor, no por ninguno de nuestros méritos y el evangelio de hoy termina con una reflexión fuerte, “los últimos serán los primeros” y lo que se está diciendo es que toda la escala de valores pierde consistencia a la hora de ser valorados por Dios y hoy es vale la pena que meditemos eso en nuestro corazón…¿vamos a tener envidia porque Dios es bueno, qué posición tenemos delante de Dios?, nos repite mis pensamientos no son sus pensamientos, mis pensamientos no son los méritos que ustedes creen tener, mucho menos estar pensando en el dinero y en el poder como si esos son los méritos.
Refirió que San Pablo en la segunda lectura nos dice una gran verdad “para mí la vida es Cristo y la muerte es una ganancia, ahora que vemos con dolor, cuánta gente, cuántos conocidos, cuántos amigos van muriendo por esta pandemia; pensamos que somos inmunes, pensamos que ya estamos vacunados, que bello sentarse y pensar, Señor cuando tu quieras aquí tienes a tu siervo…ay no toco madera, que no me vaya a tocar a mí y por qué no, todos debemos estar preparados, sabiendo que todas las cosas se quedan aquí”.
“Ojalá que ahora que están tantos agitándose por esas elecciones internas, como si esa es la meta de la vida, puedan pensar, mis pensamientos, son como los pensamientos de Dios, mis pensamientos están dirigidos a hacer el bien y a buscar a Dios mientras se puede buscar o estoy sirviendo a los ídolos del poder a toda costa, aunque sea mintiendo, engañando, haciendo maniobras bajo la mesa, o mis pensamientos son, si tengo verdadera vocación política, debo actuar por el bien común, por el bien de todo mi pueblo y no para buscar simplemente lo mismo de siempre y repetir esta historia de la cual nos debería dar vergüenza, pasa un gobierno tras otro y la misma historia de corrupción; mis pensamientos no son sus pensamientos”, cuestionó el líder religioso.
En ese sentido, Rodríguez pidió a los políticos que andan atareados con las elecciones internas, que busquen a Dios mientras se pueda encontrar porque la vida también es breve aunque parezca que nunca va a llegar la muerte, que podamos todos en el fondo del corazón decir, para mí la vida es Cristo y por eso hoy podemos volvernos al Señor para decirle en nuestro interior, gracias por tu bondad infinita, gracias por invitarnos a todos a servir en tu viña, incluso aquellos que nadie contrata; también deberíamos pensar qué podemos hacer para ayudar a al menos a uno que tenga más necesidad que nosotros, cómo cambiaría nuestra Honduras si verdaderamente todos nos sintiéramos protagonistas de una pastoral samaritana y no quedarnos encerrados en nuestros propios criterios sino ayudar al que tiene más necesidad que nosotros aunque sea con un pequeño gesto de amistad, de cariño, de bondad, estamos haciendo cambiar este mundo, incluso a aquellos a quienes nadie contrata.
(om)