La Organización de Estados Americanos exhortó el miércoles a las autoridades bolivianas a celebrar una segunda vuelta electoral sin importar la diferencia entre los dos candidatos presidenciales más votados.
“Debido al contexto y las problemáticas evidenciadas en este proceso electoral, continuaría siendo una mejor opción convocar a una segunda vuelta”, dijo el director del departamento para la observación electoral de la OEA, Gerardo de Icaza.
Hasta el mediodía del martes, el conteo final del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia establecía que con el 96,63% de las actas computadas, el presidente Evo Morales encabezaba los resultados de la votación del domingo con 46,04% y le seguía su rival, el expresidente Carlos Mesa, con 37,36%.
La ley boliviana indica que para ganar en primera vuelta un candidato debe obtener 50% más uno de los votos o lograr 40% y tener una diferencia de al menos diez puntos porcentuales sobre el segundo postulante más votado.
Miembros de la oposición y voces internacionales se pusieron en alerta desde la noche del domingo, debido a que el TSE interrumpió la transmisión de resultados por casi 24 horas, y cuando los números reaparecieron, Morales había ampliado su ventaja frente a Mesa. Tres días después de la elección, Bolivia sigue en vilo sobre si habrá o no una segunda vuelta, aunque todo parece indicar que el mandatario Evo Morales deberá jugarse su futuro político en un balotaje entre protestas por un supuesto fraude.
Al comparecer durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA solicitada por Brasil, Canadá, Colombia, Estados Unidos y Venezuela, de Icaza señaló que toda elección debe regirse por los principios de certeza, legalidad, transparencia, equidad, independencia e imparcialidad, pero advirtió que en el proceso electoral boliviano “varios de estos principios han sido vulnerados”.
De Icaza expresó que su equipo tiene “dudas serias sobre si en este proceso existen las garantías para poder recurrir resultados por parte de la autoridad electoral”.
El funcionario anunció que el secretario general del organismo, Luis Almagro, accedió a una solicitud del gobierno boliviano para realizar un análisis de integridad electoral que comprenda la verificación de cómputos, aspectos estadísticos, verificación del proceso y cadena de custodia.
De Icaza precisó que las conclusiones “han de ser de carácter vinculante” para ambas partes, pero Bolivia no dijo si lo aceptará.
El embajador boliviano José Gonzáles dijo a The Associated Press que su canciller Diego Pary explicará si Bolivia acepta el carácter vinculante cuando comparezca el jueves por la tarde ante el Consejo Permanente.
Bolivia había pedido infructuosamente que la sesión del miércoles no tuviera lugar.
Gonzáles defendió la integridad del proceso electoral, alegando que el plan original siempre fue que la transmisión de resultados electorales preliminares terminara al llegar al 80% del escrutinio porque era imposible transmitir inmediatamente las actas desde zonas remotas en las que no hay servicio de internet.
Colombia y Chile apoyaron la idea de que Almagro realice un análisis de integridad electoral.
En tanto, el embajador venezolano Gustavo Tarre leyó una carta suscrita por el candidato presidencial opositor boliviano Carlos Mesa. “Es vital garantizar la credibilidad del proceso electoral, asegurar la confianza de los votantes y respetar la voluntad del pueblo boliviano”, rezó el documento.
Tarre llegó al cargo con apoyo del líder opositor venezolano Juan Guaidó, que se autoproclamó presidente interino en enero. El mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, y Evo Morales siempre han sido cercanos.
México y Nicaragua coincidieron en rechazar que la sesión haya tenido lugar pese a la objeción de Bolivia, sin esperar al canciller Pary ni a que concluya el escrutinio.
La mexicana Luz Baños acusó a la misión de observación electoral de la OEA de interferir en el proceso electoral por manejarse de manera parcializada.
Almagro rechazó las críticas y aseveró que la misión de observación electoral cumplió su trabajo a cabalidad.
“Evitar la polarización dentro de la OEA es respetar los informes técnicos”, indicó.
Por su parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo adscrito a la OEA, expresó el miércoles su preocupación ante la violencia generada en el marco del proceso electoral boliviano.-AP